Passarella puso un equipo con demasiados cambios y la gente no se enganchó. El Monumental presentó un panorama desolador y encima, el resultado fue muy malo, porque hay que ir a Curitiba a revertir la historia.
Los silbidos que se escucharon el domingo, después del empate sobre la hora ante Colón no llegaron ni al 10 por ciento de los de anoche. Aunque eran muchos menos, la reprobación fue casi total y se prolongó por varios segundos.
Y después de la silbatina, el mensaje fue claro: hay que ganarle a Boca del 8 de octubre.
Los jugadores no hicieron declaraciones camino al vestuario, pero después de unos minutos, Marcelo Sosa, el uruguayo que tuvo su chance como titular, dio la cara.
"Creo que el equipo dejó todo en el campo de juego y no mereció perder. Sin embargo fallamos en la definición y con el correr de los minutos se nos complicó para entrar en una defensa muy cerrada. Se probó desde afuera, pero no entró", afirmó.