Martes 26 de Septiembre de 2006 Edicion impresa pag. 69 > Deportes
El peor final para la carrera de Silva
El delantero uruguayo sufrió un accidente y ayer debieron amputarle una pierna.

La carrera deportiva de Darío Silva (33 años) terminó de la peor manera. El destino se ensañó con el uruguayo y le jugó sucio. El carismático atacante sufrió un grave accidente por el que le debieron amputar la pierna derecha, por debajo de la rodilla. De no haberlo hecho, su vida hubiese corrido peligro.

Darío Silva jamás fue un jugador común, ordinario, del 'montón'. Si no se destacaba con una maniobra genial o con un gol de marca registrada, lo hacía 'vomitando' sobre los micrófonos palabras polémicas.

Siempre se lo escuchó decir que gozaba en las difíciles. "Me gusta que me silben", declaró en repetidas oportunidades quien fue figura de Peñarol, en Italia, España y su seleccionado .

Como tantos otros con personalidades difíciles, su carrera no podía cerrarse de forma 'normal'. El domingo sucedió lo peor. El ex delantero de Uruguay, que no tenía club, perdió el control de su camioneta roja al tocar el cordón con una rueda e impactó de lleno contra una columna de alumbrado público.

El vehículo, en el que también viajaban los ex jugadores Elvio Pappa y Dardo Pereyra (que salieron ilesos), volcó y la columna aplastó su pierna derecha. Fue asistido inmediatamente en el lugar y se le diagnosticó "traumatismo encéfalo craneano con pérdida de conocimiento y fractura expuesta de pierna derecha". Horas más tarde se confirmó que las heridas fueron demasiado importantes y que no hubo otra salida que la amputación. Hasta ayer, el delantero se encontraba en un coma farmacológico.

Silva jamás pasó desapercibido. Todo lo que hacía tenía un halo especial, en su juego, en sus cabellos 'hiperplatinados', en sus declaraciones. Uno de esos jugadores criados en las calles, moldeado en los potreros, con el fútbol rioplatense corriéndole por las venas. Siempre fue reconocido por sus virtudes.

En su país se cansó de romper redes en Peñarol, pero antes descolló en Yerbalense y Defensor.

En Italia, adorado en el Cagliari y una vez emigrado a España, se hizo famoso (en el Espanyol, Málaga y Sevilla) por ser una pesadilla para los grandes. Alguna vez dijo que Guti "parecía una nena" y hasta se comparó con Zidane.

Fue el Portsmouth inglés su último club, y cuando soñaba con volver a jugar en su país, lo sorprendió la peor pesadilla.

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