SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Varias escuelas rurales de la Línea Sur siguen sin clases aún por el recorte de movilidad que impide a los docentes desplazarse a los establecimientos y garantizar las distintas actividades escolares.

Maestros y auxiliares docentes de las escuelas hogar de Pilquiniyeu del Limay y de Cañadón Chileno se trasladaron ayer a esta ciudad para hacer público su problema y forzar una respuesta del gobierno que "ignora deliberadamente -dicen- la delicada situación de la Región Sur y desoye el reclamo docente".

Los afligidos manifestantes exigieron "respeto hacia la educación" y "una solución urgente" para iniciar el ciclo lectivo rural, que ya lleva 20 días sin clases.

Indignados por lo que entienden la desidia del gobierno, anticiparon la decisión de endurecer la protesta montando un campamento frente a la delegación de Educación de Jacobacci si no reciben una respuesta adecuada antes del jueves.

Los maestros hablaban en su nombre y el de decenas de docentes que atraviesan la misma situación. "Nosotros queremos empezar las clases pero así no podemos, en los parajes todo depende de los docentes que ponen su vehículo a disposición de la escuela y esta ley nos imposibilita movernos con los autos", dijo Paola Longón, auxiliar docente en Cañadón Chileno.

La ley 4.059 sancionada este año redujo en un 50 por ciento el aporte por movilidad docente y golpeó con dureza a los maestros rurales de la Línea Sur cuya situación no fue contemplada al redactar la norma. Los maestros aseguran que el propio ministro de Educación, César Barbeito, reconoció esta omisión pero no hizo nada por revertirla hasta el momento.

La ley, que aún no fue reglamentada pero se aplica desde mayo pasado, asigna 28 centavos por kilómetro recorrido en concepto de movilidad, una cifra que escasamente alcanza a cubrir el gasto de nafta.

El mantenimiento del rodado corre por cuenta del trabajador que debe afrontar el inevitable desgaste de transitar por la precaria y escarpada red vial de la Región Sur.

Los maestros, auxiliares y porteros denuncian que quienes carecen de vehículo propio deben pagar traslados especiales siderales por las largas distancias y el mal estado de los caminos. El traslado de Comallo a Pilquiniyeu cuesta 150 pesos de ida y otro tanto de vuelta.

La directora de la escuela Hogar 120, Bibiana Favre, señaló que "nos ofrecieron (asignar) más kilómetros o más movilidad por docente para cubrir los gastos, pero nosotros no queremos entrar en el juego corrupto de acomodar la ley; queremos que nos tengan en cuenta y nos den lo que es justo".

En la necesidad de articular soluciones efectivas, los docentes plasmaron su reclamo en un modelo de resolución que contempla especialmente la realidad de esa castigada región.

El reclamo es claro: "que ningún docente deba poner dinero de su bolsillo para trasladarse a su lugar de trabajo", establecer el valor del kilómetro recorrido en el 25% del litro de nafta súper en Viedma y que el gobierno reconozca el costo total por traslado a los trabajadores que usen su propio auto.

En este último caso piden que se contemple el mantenimiento del vehículo, el cumplimiento de funciones en otro establecimiento, situaciones de emergencia y traslados por enfermedad.