SAO PAULO (AFP) - A seis días de los comicios brasileños, el socialdemócrata Geraldo Alckmin se lanzó a la carga contra el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, favorito a la reelección pero castigado por escándalos, para lograr una segunda vuelta electoral, la única esperanza de victoria.

La alianza que apoya a Alckmin, entre el Partido de Social Democracia Brasileña (PSDB) y el Partido del Frente Liberal (PFL, derecha), convocó ayer en Sao Paulo a un acto "Por un Brasil Decente".

Alentado por la caída de popularidad de Lula tras la participación de su entorno en un supuesto complot político, Alckmin, según la prensa, lanzará munición contra el presidente y su izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), a los que ya ha acusado de estar vinculados a "organizaciones criminales".

Las encuestas continúan anticipando una victoria de Lula en la primera vuelta, pero con una sostenida erosión que podría hacerlo caer por debajo del 50% y obligarlo a disputar un balotaje con Alckmin, el 29 de octubre.

El último resultado divulgado el domingo atribuye a Lula 52% de votos válidos; el 21 de septiembre estaba en 54% y el 27 de agosto en 60%. Alckmin, por su lado, creció de 33% a 36%.

"Precisamos menos anuncios del gobierno, que está sirviendo a organizaciones criminales, pero el presidente debería sí dar las explicaciones que la sociedad aún espera sobre los escándalos de su gestión", afirmó Alckmin en el nordestino estado de Paraíba. Se puede "engañar una vez, engañar dos veces, pero no se puede engañar todo el tiempo", afirmó.

Apuntando al PT

El último escándalo fue la participación de dirigentes del PT y asesores de Lula en un presunto complot contra Alckmin y contra el candidato socialdemócrata al gobierno de Sao Paulo, José Serra, con el intento de compra por u$s 800.000 de un dossier que presuntamente podría perjudicarlos.

Lula responsabilizó ayer a Ricardo Berzoini, presidente del PT y ex jefe de su campaña, por haber contratado a "un montón de chiflados", al referirse a los acusados por la presunta conspiración contra la oposición.

"En el caso del personal responsable de la seudointeligencia de mi campaña ni siquiera fui yo quien lo elegí (...) fue el presidente del partido (Berzoini), que era coordinador de la campaña electoral", declaró Lula a radios de Rio de Janeiro y Sao Paulo.

"Si una manga de chiflados resolvió comprar un dossier, es porque alguien les dijo que contenía cosas del cofre de la abuela. Entonces no quiero saber sólo de dónde vino el dinero, deseo conocer el contenido que llevó a cometer esa barbarie, quiero conocer el conjunto de la obra", añadió.

Voceros del PT dijeron que Berzoini "no se siente cuestionado en su papel de presidente" del partido porque" las responsabilidad de los contratos de las personas no es responsabilidad por los actos que esas personas puedan cometer".

Insistió en que está seguro de ganar las elecciones en la primera vuelta electoral del domingo. "Nunca (antes) dije que ganaría las elecciones en el primer turno por modestia, pero quiero decirles: nosotros ganaremos estas elecciones el domingo. Tengan seguridad. Si alguien cree que habrá segundo turno tendrá que esperar para competir en 2010", reiteró. Las denuncias contra el PT y contra Lula ya llegaron al Tribunal Superior Electoral (TSE), pero su presidente Marco Aurelio Mello advirtió que el proceso llevará tiempo. "No debemos tener una decisión antes de las elecciones", estimó. Destacó sin embargo que "en el futuro el proceso puede tener consecuencias serias", que podían afectar a Lula en caso que fuera reelecto.