Faltan dos meses para la final de la Copa Davis, pero para el equipo argentino todo lo que ocurra hasta entonces estará ligado a ese futuro cercano que es el primer fin de semana de diciembre en el Moscú bajo cero.
Mientras Rusia anunció que optará por una "superficie semirrápida" para el duelo y la ITF confirmaba a la capital del país como sede, los sueños se dispararon en Argentina, que ansía la conquista del trofeo como quizás ningún otro país en el mundo.
"Contra Argentina utilizaremos una superficie dura y semirrápida, que permita un rebote alto de la pelota", dijo hoy Shamil Tarpishev, capitán del equipo ruso de tenis, que busca su segundo título en la Davis tras haber ganado en el 2002. "Los argentinos tienen un equipo muy equilibrado". "Cuentan con jugadores que pueden jugar tan bien en superficies lentas como en rápidas", añadió Tarpishev.
Del lado argentino saben que las cosas en Rusia no serán nada fáciles, pero sobra confianza: "No iremos como favoritos a Moscú, pero sí con la gran convicción de que podemos ganar. No debemos olvidar que el año pasado vencimos a Australia como visitantes y sobre pasto", recordó Alberto Mancini, capitán del equipo argentino. "Hace muchos años que Argentina tiene un equipo fuerte, no debemos conformarnos con llegar a la final, ahora debemos intentar ganar", remató David Nalbandian, el líder espiritual en la Davis y con gran ascendencia sobre Mancini y sus compañeros.
Cuando en Moscú hagan 20 grados bajo cero, habrá fuego sagrado para calentar el espíritu.