El tiempo comienza a darle la razón a Javier Saviola. El delantero siempre dejó en claro su convicción de que en el Barcelona tenía que triunfar, y en eso está. Al menos, el domingo toda la afición le dio la derecha, incluso con banderas de apoyo.

"Me quedé en el Barcelona y lo afronto como un reto personal. Tomé la decisión exclusivamente por lo que sentía. Es un reto para mí y no para la gente", declaró después de vivir un momento muy especial. Saviola jugó apenas cinco minutos en el empate ante el Valencia, pero igual fue especial. Es que habían transcurrido 854 sin jugar en forma oficial para el Barsa.

El "Conejito" jugó las dos temporadas pasadas Mónaco y en el Sevilla, y ahora afronta su último año de su largo contrato con el club catalán. Pero las cosas comenzaron bien para él. Es que aún siendo suplente, y con apenas un puñado de minutos en cancha, el argentino provocó la ovación más grande de la noche.

"Me sentí bien, con mucha felicidad por ese recibimiento. Fue inesperado, algo increíble. Sensaciones como esa pocas veces tuve en mi vida. Sentí el apoyo de la gente, el cariño hacia mí me lo voy a guardar para el resto de mi vida", confesó.

Horas más tarde tendría una pequeña desilusión, al no ser convocado para el partido de mañana ante el Werder Bremen, por la Liga de Campeones.