NEUQUEN (AN).- Dicen que el artista hace lo que hace por una necesidad que irreversible lo impulsa a hacer. Gustavo Di Maggio es un claro ejemplo de ello. Doctorado en Derecho y Ciencias Sociales asesoró a municipalidades y empresas, pero un día esa necesidad interior irreverente lo llevó a escribir. El se dejó llevar dócilmente y el fruto de esa nuevo camino, es su primer libro de poemas "Cuando todo suceda", editado por Ruedamares.

El domingo Di Maggio presentó sus poemas en el Museo Nacional de Bellas Artes y se dio el lujo de un regalo exquisito. Sus palabras fueron acompañadas por la música exótica y seductora del dúo Marcelo Moguilevsky y César Lerner, que le dieron al encuentro un marco de mágica fascinación.

La directora de Ruedamares, María Cristina Ramos y fue la encargada de presentar al flamante escritor y su obra primogénita. "El ser poeta exige coraje para entrar por laberintos y enfrentar monstruos y mucho más coraje para salir de allí cantando. Gustavo Di Maggio se muestra en estos poemas como un escritor que sabe combinar el despojamiento, la sobriedad en la palabra, con una vacilante búsqueda de sentido del vivir y de la condición de humanos", sintetizó.

Los poemas de "Cuando todo suceda" se leyeron en susurros audibles, con voces melodiosas y a media luz, en completa intimidad como la que propone Di Maggio en sus letras.

Las palabras deambularon por los laberintos desconcertantes del armor, llegaron hasta el mar para reflejar el sentimiento del autor frente a un mendigo o frente a los pies descalzos de un niño y se perdieron el aire para reencontrarse en escenas de la vida cotidiana.

Sin complejidades poéticas, de una forma clara y contundente Di Maggio desnuda en este libro su mente, su corazón y su mundo interno.

Entre poema y poema llevaba desde la otra punta del escenario, la música Moguilevsky y Lerner. Siempre es un placer escucharlos y cada vez es como la primera vez. Melodías arrancadas de un piano, de un acordeón, de una flauta o una armónica. Música mística por lo que genera, exótica por su capacidad de transformarse a sí misma y única por la calidad de los músicos.