El esfuerzo radical de anoche estaba destinado a relativizar la derrota. Para eso, la comparaban con la catástrofe electoral del año pasado. Una evaluación relativa: ningún resultado podría haber sido peor a aquello.

El mejor parámetro es el propio pre-escrutinio. "Es positiva si la caída es de 1.000-2.000 votos, es relativa con 3.000 pero es preocupante si ronda los 5.000 votos", decía un hombre del gobernador, incluso con expectativas de un triunfo. En conclusión, el resultado es preocupante para el gobierno.

Hay reparos a la estrategia, con presencia de la UCR (sin aliados) y muchas listas para dispersar. Por caso, el MPP -socio provincial- se acercó a 4.000 votos. También es cierto que esa lista y la de la Victoria aparecen más cerca de la UCR que del Frente, como registran para la elección provincial del año próximo.

Habrá múltiples análisis parciales, pero los titulares de hoy se reducen a la contundente victoria del Frente. Así, el radicalismo reabre su debate interno, especialmente por la sociedad con Kirchner. Anoche dirigentes advertían que quedan ahora dos opciones: un mayor alineamiento o, directamente, revisar esa estrategia. "La dualidad siempre favorecerá al Frente", dicen. Por lo pronto, Saiz no tiene plan alternativo al acuerdo kirchnerista.

El radicalismo ya tiene convocada para el sábado a la Convención. Nada indica que ámbito ese se utilizará para este debate. Todo quedará demasiado interno.

Mientras tanto, Bariloche, otra vez, ayer representó un revés político para el oficialismo. En poco tiempo, sólo será una sensación electoral pero que bien merece que Saiz y sus hombres duden que sus acciones no tienen la contundencia positiva que expresan sus propias encuestas de imagen. (AV)