NEUQUEN (AN)- Las estadísticas de 2005, últimas disponibles, son preocupantes: hubo 521 denuncias de apremios ilegales, de las cuales 437 no llegaron a nada. En los últimos tres años, tres jóvenes perdieron un ojo por balazos policiales: Pedro Alveal, Víctor Guíñez y Luis Acuña. Sólo en el primero de los casos están identificados los policías que le dispararon. Otras dos víctimas murieron: Mario González y Ricardo Arias.

¿Todos estos hechos se deben a la falta de preparación de los policías? Raúl Radonich, diputado del Frente Grande, opina que se debe a muchos factores. "Hubo un punto de inflexión con la asunción de Luis Manganaro en el ministerio de Seguridad. Hasta ese momento se venía desarrollando un proceso de profesionalización interesante, se creó la división Asuntos Internos y hubo una depuración importante en la fuerza. Pero desde hace tiempo ese proceso perdió impulso".

Añadió que "la inversión en tecnología es un negocio en sí mismo. El Plan de Seguridad no aparece por ningún lado, y no se apuesta al recurso humano, que es el que interactúa con la comunidad".

Radonich está esperando que la Jefatura de Policía le envíe las estadísticas sobre la cantidad de sumarios iniciados en los años 2005 y 2006 por abusos de autoridad, vejaciones, apremios y torturas. Quiere cruzarlas con las que le enviaron los fiscales, y que son "bastante altas", reconoció.

Para Gladys Rodríguez, de Zainuco, es preocupante que la justicia haya archivado la inmensa mayoría de las denuncias por apremios. "Eso desalienta a las víctimas, que lo único que logran es quedar 'marcadas' por haber accionado contra la policía. La justicia consagra la impunidad, y el poder político respalda todo lo que hace la policía", señaló.

Que haya surgido en un juicio el debate sobre la falta de capacitación de la policía le inspira desconfianza. "Es sospechoso que cuando hay que condenar a un agente por el asesinato de un hombre se comience a hablar de la falta de capacitación", dijo.