ROMA (AFP) - El papa Benedicto XVI recibirá hoy a los embajadores de los países musulmanes acreditados ante el Vaticano, en un nuevo intento diplomático sin precedentes para mostrar su voluntad de diálogo luego de la polémica causada por sus comentarios sobre el Islam.
La reunión fue convocada después de que el Papa expresara en dos ocasiones su pesar por las consecuencias de su discurso del 12 de setiembre en Alemania, interpretado en el mundo musulmán como una ofensa al Islam.
Además de los embajadores de países poblados mayoritariamente por musulmanes, fueron invitados a la reunión representantes del Islam en Italia.
El encuentro está previsto a las 9:45 GMT en la residencia estival del Papa en Castel Gandolfo, en las cercanías de Roma.
Según medios italianos, 17 embajadores o encargados de negocios estarán presentes en la reunión, mientras que no acudirán los representantes de Siria, Qatar y Sudán. Turquía, a donde el Papa viajará del 28 al 30 de noviembre, Marruecos, cuyo embajador ante el Vaticano fue llamado a consultas, e Irán confirmaron en cambio su participación.
El cardenal monseñor Paul Poupard, presidente del Consejo Pontifical para el diálogo interreligioso, iniciará la reunión con un discurso, antes de la intervención de Benedicto XVI. Poupard indicó que no "recordaba" semejante iniciativa en los últimos diez años y agregó que la reunión "busca ser una señal de que el llamado del Santo Padre al diálogo entre las culturas y las religiones es bien recibido".
El especialista del Vaticano del diario La Repúbblica, Marco Politi expresó: "más allá de las disposiciones teológicas y filosóficas, la Iglesia católica necesita mantener los lazos con 1.300 millones de personas".
En su discurso, pronunciado en Ratisbona, Benedicto XVI citó pasajes de un diálogo del siglo XIV entre el emperador bizantino Manuel II Paleólogo (1350-1425) y un erudito persa musulmán sobre la relación entre razón y fe. Al establecer una distinción clara entre cristianismo e islam en este tema, las palabras del pontífice se interpretaron como una puesta en relación implícita entre la religión del Corán y la violencia.
El Papa expresó después su pesar por la interpretación dada a su discurso, y afirmó que las citas que usó no expresaban su "convicción personal". Pero esto no fue suficiente para calmar la cólera de algunos grupos musulmanes, quienes exigen disculpas de parte del Papa.