ROCA (AR).- Desde 1994 a este año en Río Negro cerraron 49 bodegas y la superficie de viña en producción cayó de 9.000 a 2.200 hectáreas.

De esta manera quedó atrás el tercer lugar que ocupaba la provincia en 1985 en el ranking de elaboración de vinos en el país, llegando en el 2006 al sexto puesto y en tránsito descendente.

Entre los 24 bodegueros que se mantienen en pie existe una explicación para esta realidad: aseguran que la provincia no tiene un proyecto vitivinícola serio y para colmo el gobierno se mantiene autista ante el pedido de políticas que propicien el desarrollo del sector.

Mientras en Neuquén y provincias del noroeste el crecimiento de la actividad sólo registró indicadores ascendentes durante la última década (ver infogramas), la Asociación Vitivinícola de las Zonas Frías de Río Negro afirma que no ha conseguido ni siquiera que la administración de Miguel Saiz conteste una de las siete notas enviadas desde el 2003.

Así lo indicaron sus dirigentes en un documento, en el que expresan su visión negativa hacia la gestión de Carlos Podlesch como director del área en la provincia, además de quejarse por la inacción de funcionarios de mayor rango, por caso el secretario de Desarrollo Económico, Guillermo Grosvald.

La entidad presidida por Sergio Villa sostuvo que de 12 puntos solicitados al Ejecutivo tiempo atrás, sólo uno tuvo respuesta: precisamente la creación de una estructura estatal. El nombrado fue Podlesch, el mismo que encabezaba el reclamo de los productores meses atrás.

Más de un año después de esa decisión, los bodegueros advirtieron que el funcionario poco ha hecho para favorecer la recuperación del sector y citaron en el escrito casos puntuales sobre las respuestas verbales recibidas ante cada intento de tender puentes para mejorar las ventas.

La primera experiencia negativa fue en noviembre del 2005, cuando se intentó que la Dirección de Vitivinicultura interceda para realizar la primera venta de algunas empresas al Supermercado La Anónima. "Podlesch no ha realizado a la fecha ningún contacto con la empresa y los motivos que esgrimió fueron: 'yo no tengo producto para venderle al supermercado. Habría que esperar al año que viene'", indica el documento de la Asociación.

También se quejaron por una experiencia similar con la cadena Wal Mart, aunque manifestaron que la máxima anomalía se vivió en febrero pasado, cuando el director informó a un grupo de integrantes de la Asociación que durante marzo y abril no tendría tiempo para realizar su labor pública por razones de índole privado. "Tenía que realizar la vendimia en su chacra y bodega, no obstante no renunció a sus haberes", detalla el escrito.

Respecto de Grosvald, criticaron que a pesar de haber realizado en los últimos meses tres viajes al exterior (Londres, Hong Kong y Shangai) para participar de distintas ferias de vinos, "no llevó ninguna dirección de bodegas, ni e-mails, ni productos muestras de los bodegueros rionegrinos". "A la fecha estamos esperando nos informe de algún contacto comercial que haya realizado", agregaron.

La nota de la Asociación, que incluye a propietarios de las bodegas más antiguas de la zona, concluye afirmando que "mientras provincias como Neuquén dan créditos subsidiados, entregan plantas de viñas sin costo a pequeños productores, subsidian el agua de riego, impuestos provinciales, tasas municipales... en Río Negro en los últimos 15 años el sector vitivinícola no recibió ningún crédito ni subsidio, a diferencia de la fruticultura, que en estos años ha recibido más de 100 millones de dólares".