ROCA.- El dramaturgo Ricardo Halac habló con "Río Negro" antes de presentar su libro "Escribir teatro-dramaturgia en los tiempos actuales", lo que hará mañana a las 21.30 en el Centro de Seminarios y Convenciones de Fundación Cultural Patagonia (San Luis 2080). El autor también dará una charla abierta para todo público, con entrada libre y gratuita, en el Centro Musical de Fundación, Rivadavia 2263, el sábado de 10 a 12.
Durante su visita Halac asistirá a la función de "Ruido de rotas cadenas", obra de su autoría, que pondrá en escena el sábado a las 22 en el Auditorio Ciudad de las Artes el elenco de la Comedia de la Fundación.
- ¿Qué una obra escrita en los 80' como "Ruido de rotas cadenas" tenga una vigencia intacta, es una buena noticia?
- No, tuve el triste privilegio de anunciar que se venía una clase muy marginal en la Argentina. Antes era el país de la gran clase media donde todos trabajan. ¿Hoy quién es trabajador? En la obra el tipo decía: "Momentito que yo fui trabajador", y ahora vive en la calle. Esta pieza es mi obra más representada en el país. En mi libro de "Obras Completas", que llevaré el fin de semana para allá, está la última versión de "Ruido de rotas cadenas" con notas que incorporo de encuestas que he visto, está revelando que esta marginación lamentablemente ha crecido. ¿Me puedo poner contento? Me pongo contento porque los actores y directores que eligen sus obras, eligen con mucho cuidado su repertorio.
- ¿En tus obras el humor surge espontáneamente o lo provocás?
- El humor puede surgir, como no. La primer obra para Teatro Abierto que escribí "Lejana tierra prometida" es una obra que no tiene humor, cuenta historias de desaparecidos, es tremenda. La gente lloraba en el teatro. Me acuerdo un tipo que me dijo: "¡Que mal que estás Ricardo!". Y yo le dije: "Pero estábamos en una dictadura, ¿qué querías? que estuviera bien ¿qué quieren que haga? ¿qué baile?".
- Contame un poco del libro "Escribir teatro-dramaturgia en los tiempos actuales".
- Se llama así porque ha cambiado mucho la dramaturgia, la manera de escribir. Podría decir que hubo en el mundo, épocas más tranquilas. Donde un sistema para escribir existía durante mucho tiempo. Por ejemplo generalizando, Shakespeare escribió toda la vida obras de cinco actos. Y después que terminaba una escena, el que hablaba último decía dos versos que rimaban. Ahora cada dramaturgo, cuando se pone a escribir, tiene que replantear la forma, porque ya no hay formas.
El libro aspira ser una guía para dramaturgos, entonces en una época donde no hay definiciones, hay que crear herramientas para que un autor pueda trabajar. Lo que cambia es la idea de estructura, una palabra complicada, porque es esencialista. Entonces la estructura debe ser conformada por una configuración.
- ¿Qué diferencia hay?
- Tener herramientas que pueden configurar lo que el autor quiere. Con ciertos elementos vas configurando tu vida que no siempre es la misma. Entonces un buen día hay que replantear el tema del personaje, del realismo, del tiempo/espacio, del vínculo entre los personajes, del enfrentamiento, del significado de un final. Todos temas que están permanentemente alrededor de un autor.
No te olvides que el teatro es una de las actividades más antiguas. Durante 2500 años las mentes más luminosas del planeta hicieron teatro. El libro transita por todos esos lugares tratando de proponer cosas nuevas y se traduce a un diálogo con supuestos alumnos, recurriendo a la mayéutica, armando discusiones entre ellos. Enseñar es una manera madura de aprender. Escribir un libro es un viaje, por eso no tiene capítulos, tiene paradas. El destino es casi una excusa, lo que importa es el viaje.
MARTIN VALBUENA
