Miércoles 20 de Septiembre de 2006 Edicion impresa pag. 31 > Policiales y Judiciales
Florencio Ñanco y una historia de dramas
El changarín asesinado es el mismo que en 1991 provocó un revuelo judicial por un bebé entregado en adopción

JUNIN DE LOS ANDES (ASM).- Tras 24 horas de insistentes consultas, finalmente se confirmó que el changarín muerto a golpes en un baldío de esta ciudad es la misma persona que en 1991 desató uno de los más sonados casos que hayan rozado a la justicia neuquina, por presunta sustracción de menores, aunque finalmente la causa fue archivada.

José Florencio Ñanco encontró la muerte en la madrugada del domingo, bajo una intensa paliza a golpes de puño y con objetos contundentes. Más de una persona habría intervenido en la feroz golpiza. Su cuerpo fue hallado a las 11.30 de ese día, en un terreno baldío, hacia donde fue arrastrado a lo largo de unos 25 metros, desde la acera.

En materia policial, trascendió que en las últimas horas creció el optimismo entre los investigadores. Existirían pistas concretas que permitirían dar con las personas involucradas. Se esperaban procedimientos al cierre de este despacho.

El mismo día en que se conoció el sangriento episodio, este diario intentó determinar si se trataba del mismo individuo que había denunciado en 1991 la sustracción de su hijo, en medio de lo que parecía un confuso procedimiento de adopción. Recién 24 horas después, fuentes policiales confirmaron que era la misma persona, aunque no hubo información oficial desde la Justicia.

José Florencio Ñanco había nacido 47 años atrás, en la comunidad mapuche Chiquilihuín, a pocos kilómetros de Junín. Según los archivos consultados, tenía registradas varias entradas en la comisaría a lo largo de su vida, la mayoría por cuestiones de bebida.

Florencio era lo que la burocracia llama un "analfabeto funcional". La escuela primaria la empezó en la estancia Mamuil Malal, donde su padre trabajó durante 36 años. El patrón pagaba a una maestra para que preparara a los chicos que después rendían en la escuela del pueblo.

El 24 de octubre de 1989 firmó en Junín un acta mediante la cual expresaba su voluntad de dar en adopción a su pequeño hijo Rafael Ignacio, de seis meses. Junto a su "firma" aparece la de Germán Pollitzer, defensor oficial que recibió la solicitud y dio fe de la autenticidad del acto.

El consentimiento de la madre del bebé, Berta Nahuelcura, fue dramático: esta mujer analfabeta, madre de otros seis hijos y en avanzado estado de gestación nuevamente, prestó su consentimiento mientras cumplía 10 días de arresto por ebriedad en la comisaría de Junín de los Andes.

Florencio, arrepentido, intentó recuperar en varias oportunidades a su hijo, entregado en guarda, hasta que finalmente el 19 de marzo de 1991 lo reclamó ante la Justicia. A partir de entonces se desarrolló una compleja causa judicial, con denuncias cruzadas, pedidos de jury, renuncias, pericias caligráficas, que terminaron con la desestimación de la denuncia de Ñanco y el archivo de las actuaciones.

Años después, nuevamente Ñanco se presentó ante la Justicia de Zapala en junio de 1996, cuando declaró como testigo en una causa derivada de la denuncia de sustracción de su hijo. Durante unas horas, él quedó preso por falso testimonio.

El domingo pasado, José Florencio Ñanco terminó su existencia bajo una lluvia de golpes.

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