Miércoles 20 de Septiembre de 2006 Edicion impresa pag. 62 > Deportes
Más de un cuarto de siglo en manos de "El Padrino"

Julio Grondona celebra su medio siglo de vida como dirigente de fútbol. Fue jugador, fundador de club, dirigente de ascenso, campeón de Primera y, finalmente, presidente de la AFA bajo todos los gobiernos. Ocho presidentes democráticos y cuatro de facto se sucedieron en Argentina durante sus veintisiete años de gestión.

Tamaño recorrido en el fútbol le permite aún hoy ser palabra autorizada en la FIFA, a la que muchos otros dirigentes arribaron casi sin haber pisado antes un tablón y sólo acercándose a la pelota en oficinas lujosas, acompañados de yuppies, financistas y gerentes de marketing.

Ese conocimiento verdadero y profundo del fútbol permitió a Grondona sobresalir no sólo en el medio local, sino también internacional.

¿Es suficiente esa universidad de la calle del fútbol en la que se formó Grondona, quien dirige las dos Comisiones claves de esa poderosa multinacional que es la FIFA (Finanzas y Marketing-TV) sin siquiera hablar una palabra de inglés ni tener al menos una dirección de correo electrónico? ¿Alcanza la experiencia de medio siglo en el fútbol para declararse más allá del bien y del mal, casi un observador de los graves problemas que aún sufre el fútbol argentino, expuestos estas últimas semanas con nuevos y cada vez más graves episodios de una violencia que casi jamás se combatió seriamente?

Habría que recordar que la condena más efectiva contra la violencia en el fútbol argentino fue impuesta hace muchos años por un tribunal integrado por tres jueces que casi nunca habían pisado una cancha de fútbol, aquel que envió a la cárcel a José Barritta, "el Abuelo", predecesor del más refinado Rafael Di Zeo.

Y sería bueno recordar también que la limpieza del corrupto fútbol italiano fue comandada en estos meses por un hombre que estaba ajeno al fútbol, el interventor Guido Rossi, que esta misma semana concluye su gestión, después de haberse animado a enviar a la Serie B a la intocable Juventus. La primera condena, vale decir, fue impuesta por el fiscal interventor Francesco Borrelli, un ex juez de 75 años que, según confesó, ni siquiera sabía el significado de la palabra "offside", pero que sí sabe de delitos.

Por eso, los cincuenta años de Grondona en el fútbol tendrían mayor valor si esa experiencia fuera aplicada para atacar de modo más profundo los problemas, no para resolverlos con la ley del "todo pasa".

Porque así pasaron no sólo doce jefes de estado, sino que también pasaron casi noventa muertes en las canchas, además de clubes endeudados, que rematan porcentajes de sus juveniles a través de intermediarios o "grupos de inversión", figuras ideales para levantar la eterna sospecha de la corrupción. ¿Y acaso recién ahora nos enteramos que el contrato con la TV era desventajoso? ¿Qué la AFA no acepta un aumento de 93 a 150 millones de pesos porque esa cifra sigue siendo baja, como en realidad lo fue siempre?

Grondona está lejos de aquellos tiempos del fundador de Sarandi, que incluyeron cuatro suspensiones en la AFA, por un total de dos años y nueve meses por insultar y amenazar árbitros. El Arsenal aún hoy querido, que logra buenos contratos de patrocinio, jugadores interesantes a bajo costo, árbitros amigos y hasta acuerdos con el Barcelona de España, todo gracias a "Don Julio". Ya no es más aquel pasional fundador de Arsenal.

Pero Grondona igual se irrita hoy cuando siente que su medio siglo en el fútbol se pone bajo cuestión por algún comentario o una simple pregunta en conferencia de prensa, como ocurrió en el anuncio del acuerdo con la firma rusa Renova.

Allí le pidió a un periodista que "pensara bien antes de preguntar", en un tono intimidatorio, que explica por qué el "Don Julio", lejos de parecer un sinónimo de respeto o afecto, como podría haber sido, se acerca más a "El Padrino" de Marlon Brando.

 

EZEQUIEL FERNANDEZ MOORE

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