LONDRES, (AFP).- La Semana de la Moda se abrió el lunes en Londres con desfiles de creadores de todo el mundo, pero marcada en particular por las presiones sobre los organizadores para que pongan un límite a la extrema delgadez de algunas de las modelos, como lo ha hecho ya Madrid.
El tema que parecía estar en todas las bocas en la apertura de la semana londinense, que comenzó con la colección presentada por Noir, no era tanto el largo de las faldas ni los colores de moda en la primavera-verano 2007, sino la controversia sobre la masa corporal de las modelos.
La polémica, que se agudizó tras la muerte en la pasarela de la modelo uruguaya Luisel Ramos, víctima una dieta para adelgazar, se incrementó tras llamados este fin de semana a los organizadores de la semana londinense para que imite a Madrid, que impuso la prohibición de modelos demasiado delgadas.
La ministra de Cultura Tessa Jowell "se congratuló" de la decisión de Madrid, que será seguida probablemente por Milán, de imponer que las modelos no tengan un índice de masa corporal -calculado en función de la relación altura y peso- inferior a 18, llamando a Londres a seguir ese ejemplo.
Sin embargo, Stuart Rose, presidente del Consejo de la moda británico (BFC, por sus siglas en inglés), desestimó la polémica, al lanzar la semana londinense en un desayuno acompañado de champán. Ante decenas de reporteros británicos e internacionales, Rose calificó la controversia de "menor", intentando enfatizar más bien el papel que juega Londres dentro del mundo de la moda, donde brilla sobre todo París y Milán.
Londres es "la capital de nuevos talentos de la moda", subrayó Rose, quien debió reconocer la víspera, en respuesta al llamado de Jowell, que el debate sobre la extrema delgadez de las modelos es "razonable". Pero este debate no debe dominar la semana de la moda, insistió Rose. A su vez, Hillary Riva, ejecutiva del BFC y organizadora de la semana, rechazó que Londres deba seguir el ejemplo de Madrid e imponer restricciones a las modelos. "El BFC no comenta ni interfiere en la estética de los desfiles de los diseñadores", afirmó Riva, subrayando que son los diseñadores que deben decidir qué modelos quieren para sus desfiles.
La modelo Erin O'Connor afirmó que el debate sobre la delgadez de las modelos es necesario. "Creo que es un debate que tendrá lugar, en su momento, y que todas las contribuciones son bienvenidas", dijo a la AFP la modelo, quien difícilmente podría desfilar en las pasarelas madrileñas.
Pero una experta de moda, Irina Begley, juzgó que esas reglas son "ridículas" y que obedecen a "la moda de lo políticamente correcto". Esos reglamentos "nunca van a ser aplicados", vaticinó la experta. El primero de los desfiles, presentado por tres jóvenes diseñadores reunidos en la firma Noir, contó en efecto entre sus modelos a Lily Cole, una modelo de 17 años, cuya masa corporal es apenas de 14, muy por debajo del límite impuesto por Madrid, de 18. Ajena al parecer a la controversia, Cole modeló etéreos vestidos blancos, acompañados de anchos cinturones negros, que dejaban ver sus piernas quebradizamente delgadas.
