LA PLATA.-El ex Director de Investigaciones de la Policía Bonaerense, Miguel Etchecolatz fue condenado ayer a reclusión perpetua por crímenes cometidos durante la última dictadura militar, delitos que el Tribunal Federal de La Plata encuadró bajo la figura de genocidio. El represor seguirá alojado en una cárcel común.
En un fallo histórico y a 30 años del golpe militar, el Tribunal integrado por los jueces Carlos Rozanski (que tuvo notorios antecedentes en Bariloche), Horacio Insaurralde y Norberto Lorenzo, aplicó por primera vez la figura de genocidio para esta clase de delitos.
"Todos estos, delitos de lesa humanidad cometidos en el marco del genocidio que tuvo lugar en la República Argentina entre los años 197 y 1983", afirmó el presidente del Tribunal Carlos Rozanski durante la lectura del veredicto.
Etchecolatz fue condenado a reclusión perpetua por los homicidios calificados de Diana Teruggi de Mariani y por la privación ilegal, tormentos y homicidio calificado de Ambrosio De Marco, Patricia Dell`Orto, Elena Arce, Nora Formiga y Margarita Delgado.
Además, el Tribunal lo condenó por la privación ilegítima de la libertad y aplicación de tormentos de Jorge Julio López y Nilda Eloy.
La lectura del veredicto, debió suspenderse unos minutos, luego que integrantes de organizaciones de derechos humanos arrojaron bombas de pintura contra el represor, al conocer la pena.
Personal policial sacó de inmediato de la sala de audiencias al ex comisario, quien en un salón contiguo insultó al presidente del Tribunal, según revelaron fuentes judiciales.
La reacción del público ocurrió cuando el represor besó el rosario que tuvo entre sus manos en las tres audiencias en las que estuvo presente y miró al cielo, tras escuchar su condena a reclusión perpetua.
El juicio contra Etchecolatz, mano derecha del ex jefe de la Policía Bonaerense, Ramón Camps, fue el segundo en sustanciarse tras la anulación por el Congreso de la Nación de las denominadas leyes del Perdón. El anterior condenado fue el Héctor "El Turco" Julián.
A lo largo de los tres meses que duraron las audiencias, el ex comisario estuvo presente sólo en la primera, cuando se le leyó la acusación, y en las dos últimas, en las que se pronunciaron los alegatos y el veredicto.
En su alegato final, Etchecolatz, de 77 años, desconoció al tribunal que lo juzgó y sostuvo que no tenía de qué arrepentirse.
El ex comisario intentó justificar su conducta en la situación política que vivía el país en ese momento, aunque fue interrumpido por el presidente del Tribunal, Carlos Rozanski, quien le advirtió que esa oportunidad la tuvo en el momento de prestar declaración, en la que se negó.
Precisamente, el "estado de guerra" que vivía Argentina en la última dictadura, fue el argumento esgrimido ayer por la defensa del represor para pedir la absolución por considerar que "no hay una sola prueba que vincule al ex comisario con los hechos por los que se los acusa". "Las Fuerzas Armadas fueron con