BUENOS AIRES (ABA) .  La violencia se desató en el fútbol con toda su furia. Ya son tres los partidos suspendidos en el Apertura de AFA, cuando apenas corren siete fechas. Para Víctor Hugo Morales, los principales culpables de este flagelo son los dirigentes.

"Ellos están en complicidad con los barras bravas y los usan como fuerzas de choque. En pocas palabras: los toleran , los amparan, les dan dinero". El influyente periodista profundizó en el fenómeno y llegó a una preocupante conclusión: "Es sólo un problema argentino, porque no ocurre en otros estadios del mundo".

Víctor Hugo es más que una palabra autorizada en el fútbol argentino, aún siendo uruguayo. Es un erudito en la materia, un "catedrático" con más de 3.000 partidos relatados en diferentes puntos del planeta. Durante una entrevista exclusiva con "Río Negro" analizó este mal que tanto preocupa en la Argentina.

"La violencia empieza siendo ajena al fútbol socialmente. Tiene que ver con que, por falta de pertenencia a otras áreas de la vida, el sentido de pertenencia más fuerte se deposita en un club. La frustración no se maneja. Ahí se produce la violencia en la que participan los llamados

'barras bravas', y todos los sectores del público: estimulándola, dándole ínfulas y utilizándola.

¿Quiénes son los máximos responsables?

-Los dirigentes de los clubes son los principales culpables. Ellos están en complicidad con los barras y los usan como "fuerzas de choque". En una palabra: los toleran , los amparan y les dan dinero. La droga, el alcohol y el fanatismo desmedido son comandados por un grupo violento en las tribunas. Ellos saben que pueden seguir cometiendo desmanes porque están amparados por los dirigentes y nunca serán identificados.

 ¿Por qué los 'barras' les son tan funcionales?

 Los usan de choque. A la gente del poder le incrementa el poder tener violentos alre

dedor. Les encanta tener personas que a su lado impongan respeto. Otro tema es que no se les animan: los tienen instalados hace mucho tiempo, y es difícil combatirlos, enfrentarlos. Si ellos se ponen un plan para reorganizarlos, tienen que eliminarlos. Como tienen miedo de no poder contra ellos, prefieren convivir con eso.

 Entonces, ¿qué medidas hay que tomar?

 A los violentos más directos se los puede individualizar y separar. Hay que apuntarlos y una vez que delinquen hay que mandarlos presos, con prohibición de ir a la cancha por años, como se ha hecho en otros países del mundo. Los dirigentes deberían denunciarlos y echarlos de los clubes; no hacer como José María Aguilar, quien dijo que 'hace veinte años que los conozco y nunca los vi hacer nada'. Esto demuestra la hipocresía que existe. La organización del fútbol debe tomar las medidas que Julio Grondona, como principal responsable, extirpó.

¿O sea que ésto sucede sólo en Argentina?

 Claramente es un fenómeno nacional muy fuerte. Hay brotes en todos lados. Pero en líneas generales es un problema más que nada argentino.

¿Teme al ir a la cancha?

Ya cuando estacionás el auto no te sentís seguro. Menos aún al momento de entrar a la cancha: el estado de los baños, la salida, las escaleras y la falta de rampas son los puntos más débiles de un sistema deteriorado.

¿Hay una simbiosis entre el jugador como 'héroe' y el hincha?

 Hay una suerte de realización a través del héroe deportivo. Cuando cumple te ponés contento, y cuando te frustra, te ponés violento. Con la violencia procedés. Si sos un tipo que tiene trabajo, y un honor personal para perder, tratás de no comprometerlo. Entonces, estimulás la violencia, no la ejecutás. Esa es la platea. Si no tenés nada para perder, te agarrás a trompadas con cualquiera.

¿Si no fuera periodista iría a la cancha?

 Muy contadas veces. Iría sólo a partidos especiales, no es la condiciones en las que el público tiene que ir acá.

NOELIA CHESSARI