NEUQUEN (AN).- Es marplatense por mera casualidad. Se le ocurrió nacer en verano, cuando sus padres estaban de vacaciones. Toda su vida trascurre en Neuquén. Gustavo Di Maggio se doctoró en Derecho y Ciencias Sociales, asesoró a municipalidades y empresas, pero hacia fines de los noventa, parte de sus intereses toman un nuevo rumbo. Busca desentrañar los siempre laberínticos senderos de la literatura. Escribe numerosas poesías y en menor medida narrativa.
En estos días, acaba de editar su primer libro de poesía "Cuando todo suceda", ilustrado por la artista Elva Elissetche, en editorial Ruedamares de Neuquén y bajo la dirección de María Cristina Ramos. La presentación, tendrá lugar el domingo próximo, a las 19, en el Museo Nacional de Bellas Artes, con la actuación de los eximios músicos porteños Marcelo Moguilevsky y César Lerner. Será un encuentro en el que se leerán poemas a cargo de Griselda Martínez y ensambles con exquisitas interpretaciones del dúo argentino.
Di Maggio se refirió a su oficio y a su particular visión del mundo.
-¿Cómo deviene el hombre de leyes, con ocupaciones y resolución de situaciones en el campo de un realismo descarnado -por decirlo de alguna manera-, en hombre de letras?
-No sé si puedo decir que soy un hombre de letras, me apasiona y siempre he sido hombre de lectura. Los trabajos no cambian la esencia de los hombres, creo que una geografía puede más que una profesión en moldear o condicionar a un ser. En un libro de Robert Graves leí que las personas que tienen inclinaciones por las letras, nacen con esa voluntad de escribir. Yo no he sentido que las actividades de trabajo tuvieran una influencia a favor o en contra de la escritura, menos aún de la lectura.
-¿Son entonces campos aparentemente divorciados? ¿O poseen en usted vasos comunicantes que se alimentan?
-En un plano aparente o superficial no tienen relación entre sí, son estados o cuestiones que transitan caminos diferentes, sin competir, sin molestar el uno al otro. En un orden más profundo no creo que puedan escindirse, ambos campos son del mismo sustrato humano que les sirve de escenario vital.
-¿Por qué suele transcurrir una vida de atención a necesidades vitales, para luego pasar a dar cabida a urgencias espirituales? ¿Es su caso? ¿Cuándo comenzó con esta vocación?
-Siempre me gustó leer, y además lo que he tenido la suerte de leer, me ha dado más placer que lo que escribí. El trabajo de hacer de esta vocación con disciplina lo empecé hace unos años en el taller de María Cristina Ramos.
-En esta cuestión de vocaciones, ¿coincide con que no hay sólo una vida y una muerte, sino vidas en la vida humana? ¿De ahí distintas etapas y ocupaciones o pasiones?
-No tengo pensado que existan varias vidas, creo que ésta es una real, que termina en la muerte. Esta es la cuestión definitoria antes que definitiva. Después de tantos avances y retrocesos en la historia de la humanidad, hoy existir implica tarde o temprano hacerse una pregunta, y quizás esa pregunta sea: frente a quién y para quién existo, esa respuesta, nos puede llevar a Dios, o como quiera usted llamarlo, o aceptar algo así como una situación solitaria, cerrada en sí misma, errante y en el fondo absurda.
-Dedicado a la poesía y la narrativa, ¿con cuál de las dos se siente como pez en el agua? ¿Puede canalizar diferentes temáticas o una profundización mayor en el tratamiento del tema cuando de uno u otro género se trate?
- He trabajado más en poesía, pero me encanta trabajar en prosa, pero me llevará más tiempo, y no sé si lo voy a lograr, como para animarme algún día a publicar algo de lo ya escrito o de lo que tenga para escribir.
-Ser escritor, ¿es más urgente que ser un lector compulsivo? ¿Qué lee?
-Trato de mantener un equilibrio. No sé si soy un escritor, uno se hace escribiendo. Es más lo que leo que lo que escribo. No tengo libros predeterminados, ni autores. Creo que los que más me han marcado han sido Felisberto Hernández, Roberto Arlt, Haroldo Conti, Jorge Luis Borges, Edgar Alan Poe, Almudena Grandes, Horacio Quiroga, Leopoldo Lugones, Alejandra Pizarnik, Juan Rulfo, Claudio Magris, Cesar Vallejos. En fin no creo que pueda enumerar a todos, pero estos son algunos de tantos.
-¿Tiene un concepto de algún autor admirado, que defina su esencia de vida?
-No, hay varios libros o cuentos escritos que me parecen realmente una obra de arte, difícil de imitar o superar, como la "Divina Comedia", "El Quijote", "Las mil y una noches", "Martín Fierro", "Los Hermanos Karamazov", "Ruinas Circulares".
-Por qué eligió a Marcelo Moguilevsky y César Lerner ¿Siente que tienen que ver con "Cuando todo suceda"?
-Los escuché en dos oportunidades en la musicalización de la obra de Pessoa, y realmente me parecieron extraordinarios. Descarto que serán mucho más que una buena compañía.