PATAGONES (AV)- Un motociclista perdió ayer la vida al chocar contra un auto en uno de los ingresos a Patagones. Se trata de Hugo Tapia de 35 años padre de cuatro hijos. El accidente se produjo cerca de las 8:30 de ayer en la ruta nacional Nº 3 en proximidades del puente ferrocarretero que une Viedma y Patagones y en momentos en que el joven regresaba a la capital rionegrina. De la mano contraria ingresaba a Patagones un Fiat Uno color gris que giró a la izquierda sin aparentemente respetar una pequeña dársena que se dibuja en la ruta para, justamente, obligar al conductor a detener la marcha y realizar la maniobra de giro con mayor precaución ante el importante tránsito de esa vía.

La conductora del vehículo no habría practicado esa previa maniobra para doblar y en ese breve instante se produjo el impacto con la Gilera roja de 125 centímetros cúbicos en la que se trasladaba en sentido contrario el infortunado hombre. El rodado menor impactó violentamente contra el lateral derecho del auto y el motociclista dio con toda la fuerza de la velocidad contra el parabrisas del auto que quedó totalmente astillado y el asfalto.

Si bien Tapia llevaba colocado el casco, las múltiples fracturas y graves lesiones en el rostro y el cráneo le provocaron la muerte en forma instantánea.

El vehículo era conducido por María Cavallero de 26 años.

Según se supo, Tapia regresaba de Patagones de levantar pedidos para la empresa representante de productos lácteos para la que trabajaba en Viedma. Momentos de gran consternación se vivieron en el lugar a los pocos minutos de ocurrido el hecho. Varios de sus compañeros de trabajo se trasladaron allí sin poder sobreponerse de semejante tragedia.

Tapia vivía con su familia en el barrio Guido de Viedma.

Intervención quirúrgica.

En tanto ayer fue intervenido quirúrgicamente Oscar Ramos, el hombre que protagonizó el sábado un vuelco en la ruta nacional Nº 3 a unos 90 kilómetros de Viedma en dirección a San Antonio Oeste.

Ramos conducía un Fiat 147 y por razones que se tratan de establecer perdió el control del vehículo en plena recta que luego de dar un par de tumbos quedó trasformado en un irreconocible montículo de chapas retorcidas a la orilla del alambrado del campo de la mano contraria a la que se trasladaba.

El hombre fue despedido del vehículo y sufrió gravísimas fracturas y lesiones que pusieron en riesgo su vida. Afortunadamente su hijo de ocho años que lo acompañaba resultó ileso.