La líder socialista Michelle Bachelet cumplió ayer seis meses como la primera mujer al frente de un gobierno en la historia de Chile, imponiendo su propio estilo, más amable y pausado, que despertó fuertes críticas en la oposición y levantó alabanzas en los grupos feministas.
La mandataria, de 54 años, asumió el poder el pasado 11 de marzo tras imponerse en una reñida segunda vuelta electoral al líder de la derecha opositora, el empresario Sebastián Piñera.
Desde el primer día Bachelet intentó alejarse del tono enérgico y hasta agresivo de su antecesor, el también socialista Ricardo Lagos Escobar, imponiendo a su Gobierno un carácter más pausado pero igualmente firme que ella denominó "estilo ciudadano". Ese sello ha incluido menos apariciones públicas y viajes al exterior que Lagos y una relación más distante con los medios de comunicación .
El estilo de la mandataria, no obstante, ha dado pie a los líderes de la derecha opositora para acusarla de "falta de liderazgo" e instarla constantemente a "ponerse los pantalones". "Hay una falta de conducción clara sobre lo que quiere el Gobierno de Bachelet", dijo el vicepresidente del partido Renovación Nacional (RN), Cristián Monckeberg .
Pero el "estilo ciudadano" fue celebrado por organizaciones feministas, que señalan que se ajusta a un mandato más comprensivo e inclusivo, aunque advierten que en las evaluaciones de la presidenta existe un claro sesgo machista. "Sentimos que las críticas se han ensañado con Michelle Bachelet por el solo hecho de ser mujer", dijo Paulina Weber, presidenta del Movimiento pro Emancipación de la Mujer.
Pese a las críticas, Bachelet mantiene un alto apoyo popular, según una encuesta de El Mercurio, que situó en 57,6% el respaldo a su gobierno, superior al 54% de su votación.
La socialista logró revertir la fuerte caída de su popularidad que sufrió en mayo tras una masiva protesta de estudiantes secundarios. Las demandas se han repetido en otros sectores, como los gremios de la salud y los profesores, que exigen inmediatas mejoras debido a la bonanza económica. (AFP)
PAULINA ABRAMOVICH
