MADRID (AFP) - Un año y medio después de regularizar a casi 600.000 inmigrantes que trabajaban de manera ilegal, y en medio de la incesante llegada de africanos sin papeles y críticas de Francia, los socialistas españoles en el poder afirman que el mercado laboral no puede absorber más indocumentados.

"Entendemos que el mercado de trabajo ya absorbió lo que podía", afirmó el número dos del gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE), José Blanco, en una entrevista publicada al diario El País (cercano al gobierno), dando así un paso más en el endurecimiento del discurso gubernamental de cara a la inmigración ilegal.

Más de 10.500 inmigrantes indocumentados del oeste de Africa desembarcaron en agosto y lo que va de septiembre en Canarias tras navegar cientos de kilómetros en frágiles barcas de madera, informó la delegación del gobierno central.

En medio de esta oleada de clandestinos, que desde principios de año recibió más de 23.000 inmigrantes subsaharianos, la vicepresidenta primera del gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguraba días atrás que el gobierno pondrá freno. "Es necesario hacer saber a los países de origen de los inmigrantes que están semanas están arribando a nuestras costas, que no vamos a tolerar que sigan llegando", enfatizaba la número dos del ejecutivo español.

Según Blanco, en España hay 800.000 inmigrantes irregulares, aunque organizaciones no gubernamentales hablan de más de un millón. "La inmensa mayoría de estas personas tendrán que ser expulsadas", afirma Blanco.

Sin embargo, el secretario general de Empleo español, Valeriano Gómez, dijo ayer : " Ni España ni las economías europeas pueden prescindir hoy del concurso del trabajador inmigrante".

El 89% de los españoles piensa que "están llegando demasiados inmigrantes a España", según una encuesta reciente de Cadena Ser (cercana al gobierno).