NEUQUEN (AN) - El intento de la secretaría de Energía de la Nación, desautorizado luego por el ministerio de Planificación Federal, de llevar al interior del país el plan de premios y castigos al consumo de electricidad, será de difícil aplicación en esta región. Hace dos años se buscó algo similar y la propuesta chocó con la resistencia del gobierno rionegrino, que regula la actividad en la jurisdicción, y de las empresas distribuidoras neuquinas.

Como el gobierno nacional no tiene injerencia en el mercado minorista de la electricidad más allá de Edenor, Edesur y Edelap -las unidades en las que se dividió Segba para su privatización-, nunca pudo avanzar hacia el interior con su Plan de Uso Racional de la Energía Eléctrica (Puree).

Por tratarse de un mercado íntegramente regulado por la Nación, en el caso del gas sí pudo aplicar en las provincias del interior su sistema que premia el descenso de la demanda y castiga no sólo el aumento sino además la falta de ahorro.

Aunque el ministro Julio de Vido insiste en negar la existencia de una crisis, los problemas no sólo existen sino que ya llegan a un punto sumamente sensible del mercado eléctrico, el de la generación.

La semana pasada, el gobierno nacional lanzó su plan para limitar el consumo de las grandes demandas industriales y comerciales de electricidad, mediante una disposición que establece que cada megavatio hora extra que precisen más allá de sus consumos de 2005 deberán procurarlo por su cuenta, sin tomarla del mercado mayorista.

De Vido negó que se estudiaran cambios en el plan de ahorro de luz, a pesar de que la secretaría de Energía emitió una resolución en ese sentido que no llegó a ser publicada en el Boletín Oficial.

Cuando el plan de ahorro de electricidad del gobierno nacional fue lanzado, se invitó a las provincias a adherir a su espíritu.

En Río Negro, su Ente Provincial Regulador de la Electricidad (EPRE) decidió no aplicarlo, pero sí montar una campaña de información para bajar el consumo en la jurisdicción.

En los hechos, esa campaña no surtió efecto, al menos no el buscado por las autoridades rionegrinas porque la demanda no cayó en la provincia. Dos años después, casi nadie se acuerda de la necesidad de disminuir los consumos.

De hecho, en los organismos públicos rionegrinos prefirieron no mantener las medidas tomadas en un inicio (no encender carteles luminosos, apagar luces innecesarias).

En Neuquén las cosas son diferentes porque el gobierno provincial sólo fija la tarifa del EPEN, que distribuye la luz en Centenario, San Martín de los Andes y el resto de las localidades pequeñas del interior. En su momento, esta empresa estatal decidió no adherir al plan nacional.

El establecimiento de premios y castigos en las facturas de electricidad de las cooperativas de Neuquén, Senillosa, Cutral Co y Zapala es una decisión que deben tomar los municipios, que son los dueños de la concesión, a través de sus Concejos Deliberantes.

Si ya de por sí es sumamente complicado trasladar a las tarifas de las cooperativas los costos reales del servicio, la implementación de un plan de ahorro parece casi imposible.

Además, una medida de este tipo sería complicado de implementar en la ciudad de Neuquén o en la provincia de Río Negro en este momento porque sus prestadores, CALF y Edersa respectivamente, están en plena discusión de sus tarifas para el futuro, y la inclusión de este plan en el debate complicaría aún más las negociaciones.