La licencia que se tomará el presidente de River, José María Aguilar, desde el 20 de septiembre encendió la mecha que hizo estallar a la oposición riverplatense. Pero Aguilar no se calló y acusó a sus rivales políticos y a parte del periodismo de querer terminar con su gestión antes de tiempo.

Aguilar se tomará un mes "porque hace rato" no tiene vacaciones, según argumentó el propio dirigente. Dos días antes se realizará una asamblea extraordinaria de socios para aprobar el balance anual de la institución.

Pero la oposición dice otra cosa. "River, bajo la conducción del presidente Aguilar, ingresó en una sucesión de decisiones apresuradas que no permiten resolver el problema de fondo: el déficit operativo", afirmó el dirigente Andrés Ballota, desde la vereda de enfrente.

"La pregunta que se hace hoy la masa de asociados riverplatenses es si no es hora de hacer una buena gestión de gobierno", continuó el titular de 'Todo por River', agrupamiento aliado a la 'Peña Riverplatense', antigua expresión política del club de Núñez.

"Afortunadamente -ironizó el directivo por la minoría- el fracaso de la mega operación por la venta de 16 futbolistas juveniles anunciada hace más de cuatro meses, le permitió salvar a la institución el porcentaje del 30 por ciento que le hubiera correspondido al grupo inversor en la venta de Higuaín".

Por su parte, Aguilar se defendió acusando: "No cabe duda de que existe una campaña de desestabilización que se encara desde distintos medios periodísticos", sostuvo el presidente 'millonario', quien consideró que "los errores que cometemos se marcan más que los que ocurren en otros clubes". Además aseguró que "se compara a River con otro modelo de gestión que está en el polo opuesto de lo que nos proyectamos nosotros", en clara alusión a la manera en que es conducido Boca por el ingeniero Mauricio Macri.