BUENOS AIRES (ABA) . - Faltaban un par horas para comenzar la histórica marcha de hace dos jueves encabezada por Juan Carlos Blumberg en Plaza de Mayo y medio centenar de hombres con uniforme negro, rodeando a una rubia y espigada mujer, acomodaban a los primeros en llegar: "Los invitados al palco, la prensa al costado y el resto atrás de la valla", ordenó uno de ellos.

Enseguida se identificó como miembro de los "Sin Gorra", organización integrada por más de 2000 policías exonerados por el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, León Arslanian, y que es conducida por la ex subcomisaria Lidia Seimandi, también desplazada.

Las aguas se empezaron a agitar en aquella tarde del 31 de agosto: ¿Era personal de seguridad echado por integrar la "maldita policía" la que estaba a cargo de la custodia del acto?, se preguntaban varios observadores cerca del estrado. "No estuvimos en la custodia, fuimos como voluntarios a colaborar como siempre con la Fundación Blumberg", afirmó Seimandi.

En rigor -según vio este cronista- los "Sin Gorra" fueron a defenderse, a cargar contra Arslanian y a divulgar su actividad, para dejar el manejo del orden en manos de una docena de corpulentos individuos de pechera naranja, identificados con la leyenda "Russo eventos", empresa no registrada y que nadie dijo conocer.

De todos modos, el ingeniero Blumberg -quien cuando todo aquello ocurría todavía no había llegado- aseguró a "Río Negro" que la seguridad fue responsabilidad de la Policía Federal que derivó 600 efectivos a la Plaza.

Y a renglón seguido defendió en general a los "Sin Gorra". "Hubo una purga indiscriminada, donde se ha expulsado a gente buena. Aunque no tengo presente caso por caso, cuando echaron a comisarios de la zona Norte bonaerense visité a varios de ellos y uno se da cuenta por las casas que tienen, o sus televisores, que viven de acuerdo a sus ingresos", aseguró el padre de Axel, quien añadió que "muchos de ellos han iniciado juicios y los han ganado cuando demostraron que fueron despedidos sin pruebas".

Pero, ¿cuál es el origen y la actualidad de los "Sin Gorra"?

Ayer y hoy

Es una agrupación constituida en 1997 con los primeros policías expulsados en la gestión inicial de Arslanian en la seguridad bonaerense durante la gobernación de Eduardo Duhalde, seguida de una segunda "gran purga" impulsada por el mismo Arslanian, esta vez con Felipe Solá. Varios de ellos fueron investigados y en algunos casos denunciados ante la justicia. En el caso de Seimandi, la división de Asuntos Internos le endilgó destinar (mientras fue subcomisaria en el Delta) una custodia especial al Casino del Tigre que le aportaba a la repartición cinco mil pesos mensuales que no eran declarados.

Ella responde que después de que la calificaran de "delincuente y tratante de blancas" como no le encontraron nada, "ahora me pusieron el mote de corrupta" (sobre la acusación dice que la custodia del Casino -que continúa- se debe a que hay allí una sede del Banco Provincia ).

A otros de los que estuvieron en la manifestación, en su momento les adjudicaron desde haber participado de un secuestro (como es el caso de Julio Vila, después exonerado) hasta dejar a un prófugo en libertad a cambio de dinero (Mario Attardo, quien hace poco detuvo al tirador de Belgrano, pero antes fuera condenado por haber disparado contra un joven por disturbios en un boliche). Otras fueron investigados por causales que van desde aprietes hasta pedidos de coimas.

Seimandi acusa a Arslanian de querer sacarse personal de encima, sin cumplir con la ley de prescindibilidad. También se refirió a situaciones injustas como la reciente de un cabo primero, quien después de ser sumariado se suicidó y al poco tiempo se declaró su inocencia..

Otras denuncias

Una fecha clave fue marzo de 2004, cuando se denunció una conspiración para asesinar al propio Arslanian, al entonces viceministro de seguridad Martín Arias Dubal y al camarista Fernando Maroto. En esa instancia 800 policías fueron desplazados.

La jefa de los Sin Gorra sostiene que eso resultó "una pantomima", y pide una revisión de las decisiones posteriores.

Seimandi -quien planteó una medida cautelar contra su cesantía y actualmente ejerce como abogada-, asegura que son varios los policías en actividad que estarían dispuestos a declarar sobre irregularidades en la cartera de seguridad, "si pudieran hacerlo como testigos de identidad reservada". El padre de Axel coincide con esa visión (ver aparte) tanto a partir tanto de su desgracia personal como de las denuncias que llegan a sus oídos.

A su vez, el apoyo a Blumberg incluye tanto a familiares de víctimas como a una amplia franja moderada de la sociedad que demanda respuestas frente a la inseguridad pública. Es el caso de Marcelo Bragagnolo (padre de Matías víctima mortal de la violencia) y de Costanza Guglielmi (hermana de María Pía asesinada en Palermo). Ambos, muy moderados, confían en la lucha contra la inseguridad librada por el padre de Axel, sin necesariamente apoyar todas sus posturas ni una eventual candidatura.

CLAUDIO RABINOVITCH