VIENA- La adolescente austríaca secuestrada durante ocho años en el norte de Viena, Natascha Kampusch, impresionó por su fortaleza de carácter y su facilidad de expresión en su primera aparición pública desde su fuga a fines de agosto, estimó ayer la prensa local.

Kampusch mostró por primera vez su rostro, el de una joven atractiva y "normal" de 18 años, muchas veces sonriente, en una entrevista con el canal televisivo austríaco ORF el miércoles de noche.

"Con seguridad en sí misma y sin dar lástima, Natascha Kampusch impresionó", resumió el diario Kurier. Pero "a pesar de algunas respuestas, quedan muchas preguntas", destacó.

La joven habló mucho, de manera positiva, de la relación con su madre, pero sin hacer referencia a su padre. Presentó versiones diferentes de su fuga, "y su relación con Wolfgang Priklopil, su secuestrador, siguió siendo tabú", añadió Kurier.

Priklopil se suicidó en la noche del 23 de agosto, horas después de la fuga de su rehén.

Kampusch no quiso extenderse sobre su captor, pero contó que éste le hacía regalos de Navidad y Pascuas, y que soñaba a veces con decapitarlo con un hacha. Rechazó de entrada hablar de eventuales relaciones sexuales. "¿Qué me enoja más? Son las mentiras que he leído (en la prensa). Que habría abusado de mí...", dijo.

"Tras los primeros minutos de respeto ante Kampusch, las preguntas se acumularon", estimó el diario Der Standard en un editorial. "¿Es tan fuerte como parece? ¿Podrá enfrentar el interés extremo de los medios de comunicación? Ahora que mostró su rostro, ¿podrá ser otra cosa que 'la pequeña Natascha que un psicópata encerró en un sótano'?", se cuestionó.

Muchas personas de su entorno se mostraron sorprendidas. "Uno no puede imaginarse una cosa así", comentó una vecina del barrio donde se produjo el secuestro a la emisora pública austríaca ORF. "Ella tiene que ser increíblemente fuerte".

"Estoy tan orgullosa de ella", dijo por su parte su madre, Brigitta Sirny. "Que haya podido escapar y que sea tan fuerte".

En Austria, donde la entrevista fue seguida por más de 2,5 millones de personas, muchos se reunieron en grupos en bares para verla. La joven mujer impresionó sobre todo por su forma clara y precisa de expresarse.

En su charla con el reportero Christoph Feurstein dio muchos detalles de los últimos ocho años y permaneció tranquila, conversadora e incluso mostró humor.

Sin embargo, pese a su fortaleza, tiene "una parte muy blanda y sensible", comentó una de las personas que la asesora, Monika Pinterits, en una emisión de ORF al término de la entrevista.

El coordinador del equipo que la trata, el psiquiatra Max Friedrich, indicó que "necesita un blindaje para sobrevivir en un mundo que ya no conoce".

Hay mucho que aún debe aprender, como la forma de comportarse en sociedad con otras personas, señaló por su parte el psicólogo Ernst Berger. "No hay que olvidarse de esto cuando uno se encuentra con esta mujer competente".

La joven fue muy auténtica en la entrevista, según afirmaron sus psicólogos y asesores. "Así es ella, así habla", dijo uno de ellos.

El jurista y presidente de la asociación de ayuda a las víctimas Anillo Blanco, Udo Jesionek, recordó su primer encuentro con ella. "Estaba azorado. Pensé que iba a encontrarme con una pequeña niña y apareció esta mujer segura de sí misma".

Su padre, Ludwig Koch, se mostró muy emocionado en declaraciones a la televisión alemana tras escuchar el relato de su hija.

En una entrevista con la televisión alemana privada N24, el padre de Natascha dijo el jueves que su hija ya era de pequeña "increíblemente fuerte e inteligente".

Estimó que la entrevista de Natascha con la televisión austríaca fue prematura y lamentó no haber podido aconsejarla como le hubiera gustado.

"Merecía que le diéramos un poco más de tiempo porque me parece que esta intervención le costó demasiado en el plano personal", opinó. "Algunos no quisieron darme la oportunidad de hablar con Natascha", se quejó.

(AFP/DPA)