En la boca suelen aparecer no solamente problemas dentarios o de las encías (gingivales).
También es posible descubrir enfermedades que tienen su origen en otras partes del cuerpo humano.
Es por eso que con frecuencia el odontólogo es el primero en reconocer los signos de enfermedades que, tratadas a su debido tiempo, pueden revertirse o bien, como en el caso del HIV, controlarse.
Según variadas estimaciones médicas, del 3 al 5 por ciento de las patologías cancerosas se desarrollan en la boca.
En la Argentina se registran entre 2.000 y 3.000 nuevos casos de cáncer oral por año.
"Lamentablemente la gente todavía sigue llegando a la consulta en etapas avanzadas de la enfermedad. Se considera que el 85 por ciento de los pacientes que llegan con una lesión cancerosa menor a dos centímetros y sin una metástasis regional ni ganglio inflamado en el cuello sobrevive a los 5 años", explicó el doctor Eduardo Ceccotti, jefe de la sección de Patología Oral del Instituto de Estudios Oncológicos de la Fundación Maissa de la Academia Nacional de Medicina.
Como contrapartida, Ceccotti explicó que en cambio, "sólo entre un 15 y un 20 por ciento de quienes comienzan un tratamiento con una lesión de más de dos centímetros y adenopatías regionales pasa los 5 años".
Si bien la tendencia indica que la mayoría de las personas con cáncer oral tiene más de 50 años, el especialista sostuvo que en los últimos años "se nota un aumento de la patología en jóvenes, por el mayor consumo de alcohol y cigarrillo".
Las señales de alerta
"Dentro de diez o veinte años empezaremos a ver el resultado de quienes se inician temprano con el alcohol y el cigarrillo, todos ellos factores a tener en cuenta en la generación de cáncer bucal", pronosticó Ceccotti.
Promotor de la consulta periódica y del autoexamen, el especialista describió las señales a tener en cuenta: "Heridas que no cicatrizan en diez días; manchas blancas, rojas, marrones o negras que no se desprenden; aumento de volumen en determinados sectores de las mucosas; pérdida espontánea de un diente; dificultad para tragar, hablar, masticar o mover la lengua; y aparición indolora de un ganglio en el cuello", entre otros factores a tener en cuenta.