Neil Bush, hermano de George W. Bush, miraba el partido desde el moderno Emirates Stadium de Londres. Junto con él estaba el oligarca ruso exiliado en Londres Boris Berezovski, inversor de una compañía on line de educación fundada por el hermano menor de Bush. Fue apenas de una de las presencias llamativas el domingo en el partido que Brasil goleó 3-0 a la nueva selección que no tuvo como dato más importante el debut de Basile, sino el del grupo ruso Renova, que le pagó 18 millones de dólares a la AFA para organizar 24 partidos de aquí al 2011.
Renova es la empresa del millonario ruso Víktor Vekselberg, quien no sabe nada de fútbol, pero busca que la selección le sirva de entrada a capitales aún reticentes a sus negocios de acero y aluminio, según sugirió Guillermo Toffoni, el agente de la AFA que acercó el negocio con los rusos. Así como Renova llevó a la Argentina, a la de Brasil, Nike mediante, la llevó a Londres la empresa Kentaro, fundada hace tres años por Philipp Grothe y Philippe Huber, ex hombres de IMG, una de las firmas más poderosas de representación en deportes. Kentaro fue la misma que organizó los partidos que Argentina perdió primero con Inglaterra y luego con Croacia, y que ganó una puja entre cuarenta competidores para organizar juegos y hasta prácticas de Brasil en Europa, como la gira previa por Suiza que hizo la selección carioca antes del Mundial.
En el Emirates Stadium también estuvo Kia Joorabchian, el iraní de los cinco pasaportes distintos, que huyó de Brasil invocando la muerte de su padres, dejando deudas de 6 millones de dólares en el Corinthians y llevándose a Londres a Tevez y Mascherano. Joorabchian es mencionado ahora en Londres como futuro nuevo dueño del West Ham, en sociedad con Berezovki. La operación Tevez-Mascherano fue tan misteriosa que Alberto Dualib, presidente del Corinthians, debió viajar esta semana a Suiza para darle explicaciones a la FIFA.
Los capitales de orígenes misteriosos han decidido desembarcar en las selecciones. Ven allí un formidable negocio de partidos amistosos utilizando a estrellas como Ronaldinho o Messi, que no pertenecen a la Confederación Brasileña ni a la AFA, sino al Barcelona. Fue curioso lo ocurrido para el clásico del domingo: la AFA y la CBF presionaron a Corinthians para que liberara a Tevez y Mascherano, pero, a la vez, dejó que todos los clubes argentinos retuvieran a sus jugadores. Basile quiso llevar lo mejor, pero tampoco dejar a Boca sin Gago o Cata Díaz.
La serie de amistosos que Grondona acordó con Renova obligará a mayores desprolijidades, porque Renova hará jugar a Argentina en fechas difíciles y Basile deberá hacer magia. A Basile le aguarda un próximo partido de visitante ante España, difícil y más aún para un equipo que deba recurrir otra vez a la improvisación, o al talento de unos "enanos" que, a veces, no sale por arte de magia. Habrá figuras que respalden al equipo, pero no tal vez un equipo que respalde a las figuras. En el medio, la AFA seguirá contando buenos billetes procedentes de Rusia. Ojalá que logre mantener el prestigio de su selección, la selección de todos, aunque el negocio sea de unos pocos.
EZEQUIEL FERNANDEZ MOORES
