SAN MARTIN DE LOS ANDES (ASM). Familiares y amigos del joven pescador asesinado en lago Lolog redoblaron sus esfuerzos en procura de "acabar con la impunidad", y por primera vez deslizaron públicamente en un documento la sospecha de que habría otro "autor intelectual", distinto del hasta ahora sindicado como único responsable de la muerte, el guarda ambiental Horacio Calderón.

Los familiares del infortunado Cristian González tenían previsto reunirse con el intendente Jorge Carro, pero antes hicieron público un documento que fue, a su vez, reproducido por diversas radios locales.

El escrito menciona a un empresario cabañero de Lolog como otro supuesto autor intelectual y cómplice de Calderón, aunque no oferece prueba alguna, sino que estructura la sospecha a partir de una serie de preguntas.

Concretamente, inquiere por qué Calderón portaba un arma siendo que los guardas ambientales (estaba bajo contrato del municipio de Junín de los Andes) no tienen esa potestad, a quién pertenecía el arma, y si es cierto que el presunto victimario realizaba, además, tareas de custodio o de seguridad privada en el lugar.

En los tribunales de la Cuarta Circunscripción, de momento, se indicó que la única persona detenida y sospechada del crimen es Horacio Calderón. El cabañero en cuestión sólo aparece como testigo. De hecho, fue uno de los que dio aviso a la Policía.

El domingo, los familiares realizaron una nueva marcha contra la impunidad, que precisamente culminó en el lugar donde se produjo el trágico descenlace.

 

Los hechos

González habría estado pescando junto a otras dos personas, al pie del puente que cruza el río Quilquihue, del lado de San Martín de los Andes.

En cualquier caso, el detenido, que revistaba como guarda ambiental municipal de Junín, carecía de facultad o poder de Policía para aplicar los alcances de la ley de fauna y, por cierto, mucho menos de potestad para portar arma en relación con sus funciones, equivalentes a las de un inspector comunal.

Una de las versiones indica que se habrían producido disparos intimidatorios mientras los tres jóvenes tiraban las primeras líneas. Ante esa situación, volvieron sobre sus pasos para ganar la cabecera sur del puente.

Otro de los relatos que circulan aquí afirma que el grupo y Calderón ya habían tenido un encontronazo, minutos antes del fatal descenlace.
Lo que sí está claro es que la secuencia de hechos acaba sobre la cabecera sur del puente, a las puertas del acceso a un complejo de cabañas, donde se produjo el encuentro entre González y Calderón que terminó con la muerte del primero, como conscuencia de dos descargas de perdigones de un "pistolón".

Calderón quedó detenido. El municipio de Junín de los Andes, a su vez, inició una investigación administrativa.