Viernes 01 de Septiembre de 2006 Edicion impresa pag. 4 > Nacionales
Un acto que reunió a dos sectores diferentes

BUENOS AIRES (ABA).- De un lado de la histórica Pirámide aparecía la Casa de Gobierno en penumbra, del otro una multitud desbordante y compacta alcanzaba la otra mitad de la Plaza de Mayo y casi la totalidad de las adyacencias.

Y entre los asistentes, dos sectores bien definidos: miles de personas junto al vallado muchas de ellas de aspecto humilde (portando las fotos de las víctimas); y más atrás, gente de clase media levantando velas como estandarte. Quienes vieron de cerca el delito hacían una especie de catarsis con sus desgracias personales y lanzaban un clamor por la seguridad; los otros veían en el horizonte algo más: el posible embrión de una alternativa política.

Los primeros en llegar fueron los autodenominados "sin gorra" policías desplazados de la institución por León Arslanián que auguraban una posible tensión, ya que junto a personal de seguridad privada se hicieron cargo del control del acceso al palco.

Pero al poco tiempo los protagonistas pasaron a ser quienes se sienten contenidos por Juan Carlos Blumberg, a quien dada la experiencia común- observan mucho más cerca que cualquier dirigente político. "A mi no me importa la política pero si Blumberg es candidato para cambiar las cosas mejor, con los demás ya probamos", señaló al pasar una mujer a la que la mataron a su hijo en Adrogué.

Al paso del cronista los testimonios surgían a raudales: como el de la madre de Leandro Ojeda asesinado en marzo de este año. Llegada desde Corrientes, cuenta que a los tres días de la muerte de su hijo, Blumberg en persona se acercó a la provincia a suministrarle ayuda, y gracias a unos llamados identificaron a los supuestos homicidas.

"Del Presidente para abajo fuimos a ver a todos, pero nuestros maridos fueron muertos por menores que cometieron como diez crímenes, entran y salen y la fiscal no hace nada", dijeron las viudas de Hugo Schmit y Juan Carlos Small, con sus vidas destruidas, aparentemente, por las mismas bandas. "No importa el nivel social el tiene más dinero que nosotras, pero tiene la misma experiencia y en eso créame que somos todos iguales", afirmó una de ellas.

Poco antes de comenzar el acto, un momento conmovedor se produjo con la llegada de la esposa de Blumberg, quien rompió en llanto, y de quien fuera la novia de Axel, Estefanía Garay.

Un dato relevante fue el desinterés total de todos ellos por lo que ocurría en la "contramarcha" del Obelisco, así como por la cifra de concurrentes a la plaza que sería poco menor a la que reunió el gobierno el pasado 25 de Mayo, con la diferencia de la espontaneidad evidenciada en la de ayer.

"Por justicia, por las víctimas, por la vida", fue una de las leyendas identificables en las banderas. Ninguna pancarta política, ni ningún dirigente de la oposición subió hacia el palco, solo cerca del mismo se mostró el macrista Diego Guelar.

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