SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El Concejo Municipal aprobó ayer por ordenanza la "guía de peligros geológicos" que fue relevada en todo el ejido barilochense por un equipo técnico internacional y la impuso de ahora en más como referencia obligatoria para los estudios de impacto ambiental.

El estudio fue realizado por el Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar) y por el Servicio Geológico Alemán en el marco de un proyecto financiado por el CFI.

Según la norma, la aplicación de esas pautas al ordenamiento territorial de Bariloche estará orientada a la "mitigación de peligros geológicos".

El crecimiento urbanístico desordenado y la falta de controles permitieron en los últimos años el poblamiento de zonas inundables o expuestas a aluviones.

Algunas de las zonas más críticas son las riberas del arroyo Ñireco, la ladera norte del cerro Otto, el cerro López y la península de San Pedro.

El autor de la ordenanza es el concejal Fernando Martín (SUR), quien explicó que en adelante todos los estudios de impacto ambiental deberán tomar en cuenta el mapeo de riesgos contenido en el estudio del Segemar.

Explicó que de ahora en más el municipio tendrá razones técnicas fundadas para impedir nuevos loteos en áreas donde resulte inconveniente.

Asimismo estará habilitado a "requerir el estudio de riesgo geológico" a cualquier particular que pretenda construir en lotes ya consolidados. Y aunque no se le prohíba emplazar una casa "va a tener que afrontar el costo de la infraestructura" recomendada para evitar los potenciales daños.

La ordenanza fue aprobada por unanimidad y algunos de los concejales destacaron que aporta una primera "solución de fondo" a la tan cuestionada falta de planificación que arrastra Bariloche.

El ejido municipal -según lo destaca la ordenanza- "muestra un territorio con gran variedad de topografías, en las que predominan las fuertes pendientes y una red densa de drenajes a través de cañadas que atraviesan toda la ciudad".

Observa también que entre los principales problemas ambientales detectados en Bariloche están las inundaciones, la erosión hídrica y eólica, la degradación de la vegetación, la pérdida de biodiversidad, la degradación de suelos, la contaminación de aguas superficiales y la extracción de áridos.

Declara además que uno de los objetos de la ordenanza es "lograr la regulación de los procesos de urbanización procurando que los particulares y el Estado se sujeten a reglas racionales de un adecuado uso del suelo, de modo de limitar los impactos negativos que todo proceso de urbanización implica para el medio ambiente".

El estudio contiene "mapas y esquemas en los cuales aparecen identificadas las zonas aptas para próximas urbanizaciones así como las áreas más vulnerables ante posibles amenazas naturales", e incapaces de absorber mayor "presión antrópica".