Número de Visitas  
TITULOS SECCIONES SUPLEMENTOS OPINION CLASIFICADOS SERVICIOS NUESTRO DIARIO PRODUCTOS
 
Viernes 01 de Septiembre de 2006
 
Edicion impresa pag. 63 > Cultura y Espectaculos
MERLOT Y BESOS: Hombre primitivo

Uno aspira tan sólo a arreglar el mundo; y luego resulta que el mundo es la mitad. Uno aspira a tanto y todo se hace más breve. Y uno espera allí sentado, fumando, creyendo que ya está, que el humo y el vino pasarán gratamente por nuestra garganta por siempre. Pero no, alguien te dice que no, que aún no y que el cigarro te hace mal y que ya descubrirán que el vino también.

Y uno se encuentra sentado en una piedra que ni siquiera es nuestra, creyendo estas cosas del mundo donde todo tiene una explicación. Y yo sigo queriendo todo el mundo, el río, las bardas, el picado de los sábados, tus pechos.

Me gustaría llegar a tu casa con unas botellas de vino y que huelas en mis dedos la uva despedazada, me gustaría llegar con medio cordero al hombro y que veas el cuchillo con sangre aferrado a mi cinturón. Y que cuando te haga el asado tomemos vino y fumemos, que te cuente del río y de las uvas robadas, de la huida y de tus ojos; contarte que apague una vida para llenar tu hambre.

Me gustaría que estés semidesnuda cuando pruebes la carne y que el sabor de esa carne perdurara en ti por siempre para que te recuerde un poco mi silueta trayéndote la presa. Y así serían los días y las noches más allá de nuestra puerta. Con la sola aventura de que mi pelo mojado se seque por el viento. Entonces yo podría amar la eternidad.

Si nadie diría que todas esas historias son increíbles.

Si ahora mismo yo podría evitar morirme aspiraría a la eternidad para salvar uno de tus abrazos, uno solo de tus besos, uno sólo de tus anhelos.

Si mis cosas se fueran destruyendo, si me gustara tener muchas cosas que perdonar, si seguiría teniendo algo con que soñar, seguro que amaría la eternidad.

Entonces te encontraría a la vuelta de las décadas y de los siglos como jugando una escondida por los tiempos, reconociendo sin error alguno la breve dinastía de tu piel. Pasaríamos noches enteras hablando de cosas sin sentido y apagaríamos velas y lámparas e iríamos contra los árboles, contra las paredes, contra el cielo y a ninguno nos temblaría la piel. Y veríamos en los otoños como se acumulan las hojas secas y amarillas en las almas grises y entraríamos alumbrados por cerillas en pueblos oscuros y dormidos y callados.

Si nadie diría que estas son historias increíbles yo amaría la eternidad. Y después de todo vivir no sería algo imprescindible, el día de mañana puede esperar, así el día de mañana tendría el sabor de tu boca, el resto de mi naufragio; y yo podría hacer un fuego que seque las breves lágrimas de la espera.

Y nadie me va a impedir que me tome el vaso hasta el fondo, que sea un salvaje hombre hermoso que perdone a los suicidas, que no espere ansioso que amanezca porque, quién sabe, quizá el sol estuvo de fiesta anoche y no tiene apuro tampoco en aparecer.

Pero si de verdad todas estas historias son increíbles me gustaría que al menos siempre estés al pie de mi cama con tu boca y un mate; entonces tampoco habrá urgencia por vivir, porque sería la vida misma, y estaremos en un sitio donde amanece tarde y donde no hay que tener cuidado a que nos vean.

 

RAUL LOPEZ

rualnego@hotmail.com

 
haga su comentario otros comentarios
 
 
sus comentarios
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
Todos los derechos reservados Copyright 2006