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Jueves 31 de Agosto de 2006
 
Edicion impresa pag. 72 > Sociedad
En la piel de los animales
Los defensores de los derechos de los animales van ganando cada vez más espacio. Aunque algunos se han vuelto verdaderos extremistas de la causa.
Los defensores, entre otras cosas, no quieren que se sacrifiquen caballos para consumo o se coman langostas que son hervidas vivas
Los defensores, entre otras cosas, no quieren que se sacrifiquen caballos para consumo o se coman langostas que son hervidas vivas
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WASHINGTON (DPA) - La "cena de los ilegales" incluyó como plato el hígado de ganso con azúcar candi, envuelto en jamón de Parma italiano y con un chorrito de chocolate caliente.

El menú, de siete platos y a 140 dólares en el elegante "676 Restaurant & Bar" de Chicago, también ofrecía morchella rotunda salvaje (una seta), ajenjo, semillas de cáñamo y queso de leche cruda: todos ingredientes prohibidos desde hace una semana en la metrópolis del lago Michigan.

Otros restaurantes ofrecen "pizza con foie gras" o incluso "hot dogs" cubiertos con esta especialidad francesa que se obtiene -para horror de los amantes de los gansos- obligando al animal a atracarse con comida.

Las curiosas creaciones gastronómicas fueron la respuesta imaginativa de los chefs de Chicago a la prohibición del hígado de ganso, una medida que la Asociación Gastronómica piensa recurrir ante los tribunal porque considera que es anticonstitucional.

Hasta el alcalde de la ciudad, Richard Daley, calificó la ley de "la más estúpida en la historia de la ciudad", pero los protectores de animales de Estados Unidos celebraron su victoria.

La guerra culinaria más bien inofensiva que se produce en Chicago es sólo una muestra de las masivas y radicales campañas de los protectores de animales en el país, que ya han puesto en el punto de mira otras "delicatessen": quieren que se prohíba también el consumo de langostas (que son echadas vivas al agua hirviendo), ostras (que se comen vivas) o caviar (que pone en peligro de extinción al esturión).

Pero los protectores de animales no sólo hacen temblar a los chefs, sino también a los neoconservadores. "Estados Unidos enfrenta un nuevo terrorismo", escribió el publicista John Miller en el "National Review". Y no se refería a los islamistas, sino a la lucha de organizaciones activas en todo el mundo y que cuentan con fondos para sus campañas como Peta (que compara la ma

tanza de animales al Holocausto).

El grupo Shac está considerado aún más agresivo. Orgulloso, cita en su página web una noticia del "Financial Times": "Un pequeño grupo de activistas consigue aquello en lo que fracasaron Karl Marx, el grupo Baader-Meinhof y las Brigadas Rojas".

El periódico se refería a la lucha contra el capitalismo, representado para Shac por la empresa multinacional Huntington Life Science (HLS), a la que acusa de torturar de forma masiva a los animales. HLS se defiende alegando la importancia médica que tiene la investigación con los animales, de los que además un 95 por ciento son "sólo" ratas y ratones.

Los "extremistas animales", que defienden para ellos los mismos derechos que para los seres humanos, amenazan la economía estadounidense del mismo modo que la red terrorista Al Qaeda, según Miller, que cita como ejemplos ataques a laboratorios y amenazas telefónicas y por carta. Estos protectores de animales son "la mayor amenaza terrorista interior", cita Miller al senador republicano James Inhofe.

El FBI investiga 150 casos de presunto "terrorismo de protección de animales o medio ambiente", asegura Miller. El agente del FBI Philip Celestini advirtió hace poco en los medios al sector de la biotecnología en San Francisco acerca de posibles ataques o actos de sabotaje.

La firma Chiron (San Francisco) fue atacada con dos bombas de fabricación casera, según Celistini, que dio a conocer una lista de 1.100 potenciales blancos de los protectores de animales de los Estados Unidos.

Para los activistas hay sin embargo grandes y pequeños frentes de batalla. Hace poco un grito de indignación recorrió a los amantes de los animales cuando se conoció la matanza ordenada por las autoridades de 1.000 ratas con las que convivía un extraño personaje en un departamento de Los Angeles.

En el estado de Ohio existe una iniciativa contra los combates en los que osos de unos 300 kilos boxean con humanos. Y también se quiere imponer una prohibición de las "matanzas bárbaras de caballos". Cada año, Estados Unidos exporta unos 100.000 caballos a Europa para el consumo de su carne, algo por completo incomprensible para los estadounidenses, auténticos fans de estos animales. A principios de septiembre el Congreso se ocupará del tema. Pero los protectores de animales estadounidenses tienen motivos para el optimismo. La cadena de supermercados ecológica "Whole Foods" ha decidido dejar de ofrecer langostas vivas, y en cambio las vende ya cocidas -lejos de las miradas de los clientes-.

Aunque, por otra parte, después de la prohibición del hígado de ganso en Chicago, numerosos restaurantes fuera de los límites de la ciudad ofrecen el consumo legal de esta especialidad, desconocida para muchos ciudadanos hasta que fue eliminada por ley.

 
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Diario Río Negro.
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