Centrada en la defensa de los superpoderes, Alberto Fernández volvió ayer al Congreso para brindar el informe central sobre la gestión de Gobierno ante la Cámara de Diputados.

Desde poco después de las 13, y luego de hacer una exposición en la que repasó la gestión, Fernández le dedicó una dura advertencia a la oposición: "Si quiere tratar de convencer a la gente que (Néstor) Kirchner es igual a (Carlos) Menem que no lo intente, porque la diferencia es la conducta en la gestión".

El funcionario respondió así al radicalismo y al ARI, que durante las exposiciones le endilgaron un deterioro de las instituciones y en el caso de la UCR, el debilitamiento del sistema de partidos.

En medio del intercambio entre el jefe de Gabinete y los legisladores, el bloque de diputados de ARI, que lidera Elisa Carrió, se retiró del recinto.

Fernández también destacó en su mensaje que "las perspectivas del país son favorables" para los próximos meses y sostuvo que "muchos de los fantasmas que sobrevolaban" en los primeros meses del año, como la expectativa inflacionaria, "han desaparecido". Luego, apuntó a la oposición: "Me molestan los que dicen que este gobierno desprecia a los partidos políticos", dijo, a la vez que le achacan al gobierno el deterioro de la calidad institucional.

A los radicales, cuyo jefe del bloque Fernando Chironi lo invitó a hacer -si quería- una sesión sólo para discutir el pasado, les apuntó que "lo que dije fue de la decepcionante gestión de (Raúl) Alfonsín" que fueron "seis años sin presupuesto", de hiperinflación y otras cuestiones de los que sus sucesores tuvieron que hacerse cargo.

Pero concedió que "es verdad que no es lo mismo la confrontación de derechos humanos de ahora con la de esa época y siempre valoramos mucho el juzgamiento de las Juntas Militares", aunque precisó que Alfonsín sabe "cuánto le cuestiono la ley de Obediencia Debida y Punto Final" así como los posteriores indultos del 90.

También al radicalismo Fernández le recordó la decisión del gobierno de Fernando De la Rúa, en el 2001, de instruir a la Cancillería para que "si venía un pedido de extradición fuera automáticamente rechazado".

Respecto del ARI, que a través de Eduardo Macaluse le atribuyó "no contestar nada" o con "chicanas" de las preguntas formuladas, cuestionó al bloque por haberse retirado del recinto pese a que meses atrás le había hecho una demanda penal porque no cumplía con su obligación constitucional.

"Este método de trabajar en la política denunciando y haciendo política en los medios, entiendo que este es el método para perder elecciones, nadie se ha preparado para hacer un proyecto, para ser una alternativa", concluyó el jefe de gabinete.

En vista de eso, insistió en que "hemos dado como país un paso superlativo para la calidad institucional" con medidas como el recambio de la Corte o la reforma del Consejo de la Magistratura y negó que los llamados "superpoderes" vayan en detrimento de eso. "Esto de superpoder no tiene nada", afirmó, y reiteró que "nunca se hizo un uso abusivo de esas facultades, porque los controles existen, los controles permanecen, por eso es que nadie puede hacer algo exorbitante con estas facultades".

Sobre la futura movilidad de las jubilaciones, que ordenó legislar la Corte Suprema, Fernández que hasta ahora el 200 por ciento de aumento que tuvieron las jubilaciones mínimas y las demás mejoras concedidas han salido de la recaudación del ANSES. Así respondió a los que le atribuyeron en la sesión no usar el superávit público para la redistribución del ingreso.

Respecto de la seguridad pública, por la que preguntó Nora Ginsburg (PRO) dijo que el gobierno "tiene un muy fuerte compromiso" con el problema.