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Domingo 27 de Agosto de 2006
 
Edicion impresa pag. 40 > Sociedad
Barreras arquitectónicas en los tribunales de Cipolletti
¿Alguien pensó en quienes tienen capacidades distintas?
¿Alguien pensó en quienes tienen capacidades distintas?
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CIPOLLETTI (AC).- No pudo llegar hasta la sala de audiencias porque está en un primer piso y no hay ascensor. Tampoco logró entrar por el acceso principal del juzgado de instrucción donde le iban a tomar declaración, en la planta baja, porque la puerta es angosta y no permite el paso de una silla de ruedas. Tuvo que ingresar por otro despacho y sortear más obstáculos: pasillos internos angostos y algunos escalones. Recién allí pudo estar frente al Tribunal.

Fue una situación incómoda, humillante, para uno de los peritos que recientemente declaró en el caso Opazo y que ahora padece una discapacidad física.

El edificio del fuero penal en Cipolletti, que se reclamó durante años para que el servicio de justicia pueda estar más cerca de todos, sólo está cerca de quienes no sufren problemas físicos.

Las barreras arquitectónicas se generalizan en las instalaciones que refaccionó el Poder Judicial. No hay rampa de acceso, cuenta con escaleras para llegar a la Fiscalía, al Juzgado 23 y a la Cámara Primera del Crimen, falta un ascensor como alternativa, tiene escalones internos, y los pasillos y puertas son angostos.

Cada vez que alguien con dificultades motrices quiere realizar alguna denuncia o debe declarar en una causa se revoluciona el Juzgado Penal 25. La oficina del juez de instrucción Guillermo Baquero Lazcano se convierte en sitio sustituto para el trabajo de otro juez o fiscal, o en improvisada sala de audiencias, como ocurrió el viernes 11 cuando declaró el perito que se moviliza en silla de ruedas. "Es el despacho del pueblo", se comenta en Tribunales.

Como es un lugar chico, cuando el debate se realiza allí sólo ingresan las partes. El público queda afuera.

¿Qué pasa si una persona con una discapacidad física quiere presenciar un juicio cualquiera de la Cámara Primera? No puede, porque las jornadas siempre se desarrollan en el primer piso. Quienes sí logran entrar, luego de subir la extensa escalera, padecen las incomodidades.

La sala de audiencias, que se habilitó en febrero de 2005, aún no tiene cortinas en las ventanas y eso hace que el resplandor luego de varias horas termine perjudicando a la vista de todos. Carece de sistema de calefacción, y obliga a los asistentes en esta época del año a ir bien abrigados.

Las sillas para el público son tan incómodas que invitan más a abandonar la sala que a permanecer en ella.

No hay equipo de audio y más de una vez los testigos que tienen voz tenue deben reiterar sus respuestas porque no se los escucha. Y como el espacio para los asientos es reducido, en casos resonantes como el que se juzga ahora por la muerte de Yanet Opazo y la tentativa de homicidio de Claudina Kilapi, varias personas deben permanecer de pie, atrás o a un costado del recinto.

¿La Cámara Segunda será igual? Es la pregunta que se hacen muchos. Ya se sabe que este organismo tantas veces prometido no se pondrá en marcha en diciembre de este año "por cuestiones presupuestarias", según dijo recientemente Alberto Balladini, vocal del STJ. Este tiempo de espera, que de por sí generará trastornos porque todas las causas seguirán recayendo en una única Cámara, "debería servir para revaluar estas situaciones", opinan algunos cipoleños.

 
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Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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