NEUQUEN (AN).- A escasas horas de haber aprobado un polémico aumento para los jueces y funcionarios y empleados judiciales, la mayoría de los presidentes de las bancadas de la Legislatura trataron de cerrar un acuerdo con el presidente de la Cámara, Federico Brollo, para incrementar en silencio los sueldos de los legisladores y los gastos de funcionamiento de los 13 bloques parlamentarios. Sin embargo, la reunión finalizó en un escándalo porque algunos diputados rechazaron la propuesta de incrementarse las dietas, revelaron fuentes parlamentarias.

La reunión para definir el tema del aumento para los diputados se acordó en reserva durante las sesiones del jueves y el viernes por la madrugada, cuando los legisladores transformaban en ley el acuerdo salarial para los magistrados, funcionarios y empleados del Poder Judicial.

Los diputados fueron citados para el viernes al mediodía en la presidencia de la Legislatura. Al encuentro concurrieron los presidentes de los bloques del MPN, Manuel Gschwind, de Opción Federal, Horacio Rachid, de Apertura Popular, Carlos Macchi, de 17 de Octubre, Olga Saldías, de la UCR, Marcelo Inaudi, de Coherencia y Honestidad, Enzo Gallia, del MID, Ricardo Rojas, del PJ, Ariel Kogan, del Movimiento Libres del Sur, Jesús Escobar, y por el Frente ARI-PI, Beatriz Kreitman en lugar de Carlos Moraña. También participó el vicepresidente primero de la Cámara, el ultrasobischista Oscar Gutiérrez. Sólo faltaron los representantes del Frente Grande, Recrear y la justicialista Adela Conde, relataron las fuentes.

Allí, Brollo les notificó que estaba dispuesto a firmar una resolución para aprobar un aumento para los 35 diputados que rondaría el 34%, lo que representaba unos 1.000 pesos de bolsillo. Así, el sueldo promedio sin descuentos de un legislador se incrementaría de 3.500 a 4.500 pesos.

La propuesta incluía otros 1.000 pesos para los gastos de bloque, que hoy están en los 4.600 pesos por cada diputado, y elevar de 800 a 1.000 pesos el desarraigo que se le paga a los diputados que tienen domicilio en el interior de la provincia.

La condición era que todos estuvieran de acuerdo, para pagar los costos políticos en conjunto ante la ciudadanía. Más aún, cuando acababan de votar un incremento que beneficiaría sobre todo a los magistrados y funcionarios judiciales. Allí comenzaron los cruces.

Según las fuentes, Kreitman se opuso a la propuesta y Kogan y Escobar rechazaron el aumento en los salarios, pero aceptaron subir los gastos de bloque, porque argumentaron que con los fondos asignados no cubren ni las erogaciones de teléfono ni el costo de los viajes por funciones legislativas. Como no había consenso, otros diputados dudaron en avalar la resolución y advertían que primero es necesario que haya un aumento para los empleados públicos de la administración central. Algunos directamente se enfurecieron porque la propuesta fracasaba.

Gschwind y Gutiérrez se esforzaron al máximo para convencer a sus pares de que avalen la resolución. Pero no lograron alinear a la totalidad. Como no había unanimidad, Brollo finalizó la reunión, mientras los diputados se peleaban a los gritos que se filtraban por los pasillos próximos a la sala de presidencia. Gutiérrez le recriminaba a Kogan que quería cobrar plata en negro, al optar por los gastos de bloque, y Saldías arremetía, enfurecida, contra Kreitman.

Los que están a favor del aumento argumentan que los diputados están atrasados en relación con los empleados legislativos que recibieron dos incrementos. El primero en octubre pasado y el segundo en marzo último que representaron una suba salarial del 30%. En cambio, los legisladores no tienen un aumento desde octubre de 2004. En consecuencia, hay empleados de carrera y con título universitario, que cobran mucho más que un diputado.

Los legisladores cobran el sueldo básico, el 40% de zona desfavorable y las cargas familiares. No perciben ni antigüedad ni se le paga por título. Pero no se les descuenta de la dieta por faltar a las reuniones de comisión o a las sesiones.