BUENOS AIRES (ABA/Redacción Central).- La renovada presión que comenzaron a ejercer en los últimos días diversos sectores para aumentar los precios de algunos productos y servicios está generando una creciente preocupación en el Gobierno, más aún si se tiene en cuenta que los indicadores de este mes ubican a la inflación en torno al 0,5% lo que puede interpretarse como que existe margen para subir algunos precios.

El gobierno quiere volver a tener la inflación en un dígito para el cierre de 2006. Sin embargo, los últimos cálculos oficiales mencionan una cifra final de 10,1 a 10,5% del costo de vida en 2006.

Una importante fuente del Ministerio de Economía de la Nación admitió a "Río Negro que el costo de vida de agosto podría finalizar alrededor de 0,6% de aumento y que la perspectiva para todo el año es situarse por debajo del 10,5%, aunque consideró que los movimientos de la última semana complica el panorama".

La fuente aseguró asimismo que el problema más grave es que "hay precios que han sido congelados o controlados hasta fin de año y lo preocupante es justamente qué puede pasar a partir de enero". De esta forma,comienza a crecer el debate sobre la inflación reprimida, es decir, sobre los valores de productos y servicios que el Gobierno ha logrado congelar pero por un tiempo determinado, con lo cual podría ocurrir que en muchos sectores se esté acumulando costos para luego ser ajustados a fin de año.

Otro factor que está empezando a sentirse es el tenue crecimiento de los reclamos sindicales por aumento de salarios, que en los últimos días se ha concentrado en el sector automotriz, autopartistas y varios gremios estatales.Sin embargo, en el Gobierno han tratado de minimizar el tema. "Lo más destacable es la evolución de la canasta básica de alimentos (a partir de la cual se miden los índices de pobreza e indigencia) que en siete meses aumentó 1,4% contra 6,8 por ciento del mismo período del año pasado", confió la fuente en respuestas a las demandas salariales.

En ese sentido, la ministra Felisa Miceli destacó los efectos logrados con los acuerdos de precios, los cuales fueron llevados adelante, según dijo, "en el marco de la política de ingresos y analizando las cadenas de valor de los distintos sectores".

Según informes del sector privado la estructura de costos de la industria creció desde inicios de este año a la fecha entre el 9 y el 14%. Este aumento, al no poder ser trasladado 'a precio' está generando un desequilibrio en los presupuestos que en algún momento se deberá compensar.

Hoy en el Gobierno existen dos posiciones sobre este tema. Una de ellas es 'conciliatoria' y es acompañada por la ministra Miceli y la otra, que es intransigente, y es respaldada por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, quien asegura que todavía hay margen en las empresas para poder ajustar costos.