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Domingo 27 de Agosto de 2006
 
Edicion impresa pag. 6 > Nacionales
El "nuevo Senado" busca despegarse
El renovado escándalo afecta el intento de mejorar su imagen

BUENOS AIRES (DyN) - El rebrote de la causa por los sobornos en el Senado tuvo en los últimos días un cauce esencialmente judicial, pero también en el Congreso se vivieron con mucha atención los vaivenes de los nuevos "arrepentidos" como la ex colaboradora del ex senador Remo Costanzo, Sandra Montero.

Los senadores en su conjunto han tratado de mantenerse totalmente prescindente de la cuestión, con una premisa central: demostrar que "el nuevo Senado" no tiene nada que ver con "el viejo Senado". Para ello cuentan con un dato de la realidad que contribuye a su estrategia de despegue, y es que no hay ningún senador de la época en que estalló el escándalo de los sobornos que siga en el Congreso.

Pero la cuestión no deja de preocupar a algunos actores que han hecho de sus esfuerzos por reformular la imagen del Senado una estrategia política. En este sentido, el vicepresidente Daniel Scioli es el principal damnificado, ya que buscó reconstruir un perfil público de la Cámara Alta a fuerza de actos, homenajes y una fuerte presencia mediática. "Cada vez que sale el Senado vinculado a los sobornos camina por las paredes", graficó una fuente del oficialismo, que contó que Scioli admite que "todavía la gente no distingue claramente que el actual Senado no es el mismo que el de los sobornos".

A pesar de los cambios que se han producido en la Cámara desde el escándalo del año 2000, los fantasmas del pasado regresan siempre, en este caso de la mano de los empleados.

Las apariciones mediáticas de Montero sirvieron no sólo para reforzar las declaraciones de Mario "Tato" Pontaquarto, sino también para recordar que Costanzo tuvo amigos y ahijados políticos a los que delegó parte de su personal. Las afirmaciones reavivaron los rumores en los pasillos del Senado, no sólo entre aquellos que conocieron a los denunciantes, sino también entre quienes también conocen parte del episodio de las coimas y jamás declararían ante la justicia.

Otro dato que agitó el ambiente fue el descubrimiento de que Daniel Alberto Bravo, el ex secretario de Deportes porteño y el hombre que acercó a Pontaquarto y a Montero a la Casa Rosada (y que presentó una sospechosa denuncia contra Enrique Olivera a días de los últimos comicios), es nuevamente empleado del Senado.

El ex funcionario trabajó en la cámara entre 1984 y 2003, cuando pidió licencia sin goce de haberes "por cargo de mayor jerarquía". Cuando Jorge Telerman renovó el gabinete, Bravo regresó en abril como empleado al Senado. De ello se puede deducir que cuando Montero fue convencida de declarar ante la justicia, Bravo ya había regresado a su papel de empleado del Senado. También en el Senado permanece el hermano de Mario Pontaquarto, Carlos Esteban.

 
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Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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