BUENOS AIRES, (Télam).- Las historias fantásticas que vive un diplomático inglés en un lejano país de oriente a principios del 1800, en donde las costumbres entre marido y mujer distan de parecerse a las que priman en su Inglaterra natal, son narradas a través de epístolas con una prosa sensual y encendida en la novela "Querido amigo", de la escritora Angélica Gorodischer.
El enviado de la corona británica Albert-George Ruthelmeyer llega al país de Abdas para firmar tratados comerciales, pero su misión se irá dilatando y mientras tanto, de a poco, dejará de lado sus prejuicios con respecto a ese lugar desértico donde los hogares están revestidos en seda, las calles son como nubes y los habitantes van ligeros de ropa.
"El disparador del libro fue una escena de la película 'Orlando' -adaptada de la novela homónima de Virginia Wolf- en la que el personaje principal está vestido sólo con una túnica en un baño árabe, sumido en la tranquilidad, cuando llegan los enviados de su majestad, cargados de terciopelo, botas, puntillas, bordados. El contraste es tan fuerte que me sugirió pensar en cómo una persona puede cambiar toda una vida a raíz de algo que se presenta de afuera", contó Gorodischer en una entrevista con Télam.
Luego de más de cuatro décadas de carrera literaria, Gorodischer destila jovialidad y simpatía, mientras responde a las preguntas.
"Hacía mucho tiempo que quería escribir una novela erótica. Todo comenzó cuando un amigo que tenía una librería me comentó acerca de un concurso de novela erótica y me acuerdo que en ese momento le contesté que yo no escribía sobre 'esas cosas'. Tiempo después pensé: '¿Por qué no?'. Así que me dije que tenía que hacerlo, y lo hice", resumió Gorodischer.
"En general, yo era muy ambigua en cuanto a lo que se trataba de erotismo. Sí había ese ingrediente en otras novelas
mías, pero bien pasado a través de un velo, que de todas formas me parecía y me sigue pareciendo un buen recurso", señaló la autora de "Floreros de alabastro, alfombras de Bokhara"."En un instante, en menos de un instante, en ese tiempo personal y misterioso que nos arranca del lugar en el que estamos y nos hunde en nuestro propio pasado, en nuestras ilusiones y en nuestras ansias, me imaginé cómo sería abrazar ese cuerpo, besar esos labios, buscar los pliegos de esa piel, tocar, apretar, despertar y aplacar", cuenta la novela, en boca del diplomático inglés.
El personaje de Alberto -según contó la escritora- apareció "por cuestiones de lenguaje. Precisaba no caer en la berretada ni en la palabra científica porque ninguna de las dos me parecía aceptable y también necesitaba a alguien que utilizara la metáfora con toda naturalidad, y nadie mejor para eso que un diplomático inglés".
La páginas de "Querido amigo" -editada por Edhasa- están plagadas de un vocabulario inventado, en el que los habitantes de Abdas -'abdassiris'- utilizan la palabra 'ramma' para designar a las paredes de seda de las casas, el 'fearal' es el lugar donde los hombres van a elegir a su esposa y la 'Plaza Saigda', para reunirse a conversar, mientras que 'shramalimm' es el nombre de la corte del país.
"Esas palabras iban saliendo solas. Necesitaba una parodia de un lenguaje oriental, pese a que no sé nada de árabe ni de lenguas orientales, así que se me ocurrió como recurso utilizar la "a" más que las otras vocales, y pensé que si la juntaba con una "i" o con una doble consonante podía sonar como una imitación lejana de alguno de estos idiomas".
Gorodischer reveló que ya está pensando en su próxima novela e incluso, tiene terminadas otras dos "que en algún momento se publicarán o no. Lo que pasa es que la narración es el amor de mi vida, no sé hacer otra cosa que no sea contar; es el eje de mi existencia".
MERCEDES EZQUIAGA