BUENOS AIRES (ABA).- "Se terminó el tema, éste fue el punto final del caso Carrasco". Contundente, esas fueron las palabras elegidas por un miembro del Jurado (que el martes pasado rechazó la destitución del juez federal de Zapala, Rubén Caro) para transmitir el alivio que él y sus pares (en el ámbito judicial y político) sintieron al cerrarse el juicio político a dicho magistrado.
El miembro del jury fue más allá en su descarnado relato: "Habría sido un desastre si se caía Caro, imagínese qué hacíamos con los condenados que estuvieron 12 años presos por el homicidio, y qué iba a ocurrir con el Tribunal Oral de Neuquén que confirmó esa sentencia".
Con la misma sinceridad brutal la fuente deslizó que -más allá de las razones jurídicas de la decisión- existió una especie de "acuerdo" interno dentro del Jurado para no perjudicar al magistrado. "Se convino hacer un voto de mayoría y otro de minoría, pero lo que no podía ponerse en riesgo era el resultado".
Contrariado con la decisión, el capitán retirado Rodolfo Correa Belisle que testimonió en el juicio político-, sostuvo que en todo momento existe un "doble juego" ya que mientras la justicia hace una "defensa corporativa", desde el costado político hablan de un modo mientras los hechos se vuelcan en sentido opuesto.
Más allá del regreso de Caro a su puesto (ver aparte), la definición del juicio político puede afectar la apelación de Correa Belisle contra la prescripción del encubrimiento. El ex militar que actualmente ejerce como abogado- considera que la absolución de Caro en el juicio político podría complicar el recurso, porque uno de los aspectos planteados fue la acusación contundente que hizo el plenario del Consejo de la Magistratura contra Caro, y que abrió la instancia del jury.
Correa Belisle anunció que en la eventualidad de una nueva negativa, intentará un planteo definitivo ante la Corte Suprema.
El integrante del jury que aceptó hablar unas horas después de emitido el fallo, también se refirió al "desgaste jurisdiccional" que implicaba tener la situación abierta más de una década.
Reconoció que "preocupaba" cómo quedaría afectada la figura del entonces jefe del Ejército y actual embajador en Colombia, Martín Balza, de haberse tenido como probada la hipótesis de la acusación acerca del despliegue que habría realizado inteligencia militar para manejar la causa, a la que habría cedido el juez.
Pero al mismo tiempo ponderó detalles del fallo, como el observar que aún habiendo algunas desprolijidades, el juez no negó medidas de prueba sustancial; también rescató el párrafo donde se asevera que los objetores de la labor del juez fueron los defensores o allegados de los condenados. Por el contrario contó con el apoyo de los letrados de Carrasco y de la fiscalía.
CLAUDIO RABINOVITCH
