BUENOS AIRES (ABA) .  El de los llamados gobernadores 'radicales K' es un bloque que se muestra homogéneo, y después del acto del 13 de agosto en Vicente López salió fortalecido frente a la conducción partidaria.

Pero puertas adentro, cada mandatario radical tiene diferente nivel de influencia, se maneja desde una diversa realidad y apunta a objetivos disímiles. (Ver infograma)

Un funcionario de primer nivel, que participó de todas las reuniones privadas del sector en cuestión, reveló con exactitud que peso propio tienen, uno a uno, sus integrantes.

En la cabeza del armado de la alianza con el gobierno nacional figura el gobernador de Mendoza, Julio Cobos, quien cada vez con más fuerza es nombrado como candidato a compartir una fórmula en un eventual intento a la reelección del presidente Néstor Kirchner.

Otro dato central que refuerza su poder, es la designación como "máximo referente local" que recibió Cobos la semana pasada de parte de los representantes de la Unión Cívica Radical (UCR) en la Federación Argentina de Municipios (FAM).

En esa instancia, a Cobos se lo puso como "líder" (así reza el documento suscripto) de un movimiento para que el poder local se constituya en nacional uniendo a los distintos estamentos de gobernadores, intendentes y legisladores nacionales de la UCR.

La FAM es un organismo importante en el manejo de la relación nada menos que entre las comunas y el ministerio del Interior para fijar "prioridades" en relación al reparto de Aportes del Tesoro Nacional (ATN), y está conducido actualmente por el intendente de Florencio Varela, el justicialista, Julio Pereyra, de fluidos contactos con jefes comunales del 'radicalismo bonaerense K', como el sanisidrense Gustavo Posse.

Pero además Cobos, que se encumbró en la política de la mano de su actual enemigo -el titular del partido Roberto Iglesias-, no tiene por delante un nuevo escalón en la política territorial por lo que su única aspiración es proyectarse a nivel nacional.

En el escalón siguiente figura el gobernador de Río Negro, Miguel Saiz, pero "no solo como representante de sí mismo indicó la fuente- sino de un partido que viene ganando la gobernación de la provincia sucesivamente desde 1983.

A diferencia de Iglesias, el rionegrino va por su reelección y busca el aval del Presidente o al menos que no se vuelque por el candidato del justicialismo.

El radicalismo de la provincia patagónica demostró en la cumbre de Vicente López una gran capacidad de movilización.

Sigue el lote

Cerca, un peldaño detrás marcha el mandatario de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, quien emergió triunfante de la disputa con el derrumbado juarismo, y se acaba de imponerse en la reciente disputa electoral jurisdiccional al devaluado caudillo radical José Luis Zavalía. Se puede decir que ha consolidado su poder en la provincia.

Zamora siente que le debe al oficialismo nacional gran parte de su éxito.

Le sigue Arturo Colombi, encumbrado en un esquema muy particular como el correntino, donde la necesidad política forzó a una coalición para derrotar al Partido Autonomista Liberal de los Romero Feris que homogeneizó la política local durante décadas.

Es una de las experiencias más cercana de una alianza entre radicales y justicialistas, que se busca trasladar como modelo a reproducirse por la 'concertación K'.

Quien aparece como más debilitado, es el catamarqueño Eduardo Brizuela del Moral. Un dato para tomar en cuenta: con distintas justificaciones, se ausentó a la reunión "fundadora" del sector en el hotel Savoy del

30 de mayo pasado; y tampoco asistió la semana pasada al encuentro de Vicente López, siendo en ambas instancias representado por el legislador nacional, Genaro Collantes.

Cuentan en su entorno que Brizuela del Moral está siendo "presionado" por su antecesor Oscar Castillo (del mismo Frente Cívico que terminó con el "feudalismo" de los Saadi) para que responda a las estructuras del partido.

Pero entre los gobernadores acuerdistas, confían en que Del Moral se mantendrá en el ruedo pues le espera el desafío de evitar que Kirchner le haga un guiño al sindicalista Luis Barrionuevo, quien el año próximo intentará ir por la gobernación.

Distante, el sexto gobernador radical, el chaqueño Roy Nickisch, junto a su referente (y de quien fue vicegobernador) Angel Rozas, optó por no adherir al juego de la concertación.