La situación procesal del ex presidente Fernando de la Rúa en la causa en la que se investiga el presunto pago de sobornos en el Senado podría comprometerse aún más con el testimonio de Sandra Montero, quien declaró que vio una parte del dinero supuestamente destinado a las coimas.
En los próximos días el juez Daniel Rafecas, que investiga el caso, deberá resolver si De la Rúa finalmente será procesado o se beneficiará con una falta de mérito.
Sin embargo, el testimonio de Sandra Montero, la nueva "arrepentida" de la causa, complicó la situación del ex presidente radical, quien quedó mucho más cerca del procesamiento.
A su vez, De la Rúa se mantiene firme en su posición -que es negar la existencia de los sobornos- y cada vez que es necesario sale a proclamar su inocencia, tanto ante la Justicia como a los medios de comunicación.
Una muestra de ello es el libro de su autoría de reciente publicación, que lleva el título de "Operación política. La causa del Senado", que está a la venta en las principales librerías del país.
Además, una vez conocido el nuevo giro de la causa, De la Rúa salió a denunciar públicamente que la presentación de Sandra Montero era parte de "una gran operación política" montada en su contra.
De la Rúa sostuvo, en la misma línea, que el testimonio de la ex secretaria de Remo Costanzo -que era senador cuando estalló el escándalo en el 2000- es "una nueva invención que se agrega" a la causa en medio de lo que definió como "una gran operación mediática".
Por su parte, el ex presidente provisional del Senado José Genoud se consideró "víctima de un linchamiento" en el marco de las denuncias .
"Como la causa es tan endeble era de esperar que apareciera una testigo trucha", sostuvo Genoud.
En la misma línea, el ex senador dijo que Montero es "una testigo mendaz pagada por el sistema de testigos protegidos y algunos beneficios más", y manifestó que "se cae de maduro que hablar seis años y cinco meses después es propio de una persona que lo hace por un interés".
También se refirió con duros términos al instructor de la causa, Daniel Rafecas, de quien dijo que "es un juez arbitrario". "En todos estos años no dejó a la defensa controlar ninguna prueba. Hay 400 testigos y el juez nunca permitió que estuvieran los abogados defensores durante las declaraciones", concluyó.
Por su parte, el ex senador Augusto Alasino, por entonces jefe de la bancada del justicialismo, dijo que todo se trata de "una operación perversa del Gobierno y del juez Rafecas".