NEUQUEN (AN).-En la Argentina, quien con mayor inteligencia, sagacidad y humor desnuda en público a las mujeres, o por lo menos las deja en paños menores, es la inefable Maitena.

Pero antes, mucha gente se ha ocupado de las féminas, como Rafael Mendizábal, un autor español que desde los "Ocho monólogos de mujeres" le dio pie al elenco El Arrimadero, para encarar un nuevo espectáculo de humor blanco y negro.

De este libro seleccionaron tres monólogos para tres actrices: Cristina Beute, Silvina Meza y María Eugenia Agesta.

"Eramos pocas..." que así se llama el espectáculo tiene elementos de "humor blanco y el humor negro": una experiencia nueva. El estreno es el 26 y 27, a las 21.30, en "El Lugar", Villegas 96 de Neuquén.

Cuando el grupo hizo la presentación de la obra, sintetizó con pinceladas el argumento. Tomando esos conceptos, cada actriz responsable de los protagónicos, aporta su visión sobre la obra teatral.

-Ustedes aseguran que en "Eramos pocas.." describen un "universo femenino, objeto de inquietud permanente. La intriga que no cesa" ¿Por qué?

-Cristina Beute: En este mundo seleccionador, que aparta y agrupa todo lo que parece igual o parecido, a las mujeres nos han agrupado bajo el rótulo de incomprensibles, locas, imprevisibles. Lloramos cuando se cree que deberíamos alegrarnos, peleamos cuando se ha sentenciado que está todo perdido y miles de etcéteras por el estilo. Los griegos nos explicaron con Casandra, Freud con la histeria. El ánimo de quien se asoma concientemente y con curiosidad al universo femenino viene cargado culturalmente con este prejuicio, traducido en turbación, impaciencia, incomodidad. Algunos superan la incomodidad echando mano al rótulo y colocándolo una vez más, otros superan el cosquilleo y preparan sus sentidos para conocer un ser único e irrepetible.

-"Eramos pocas..." han explicado, propone una mirada peculiar, que explora en ese arsenal secreto, pero a la vez evidente que lleva toda mujer en su equipaje cotidiano. ¿Arsenal contra quién?

-Silvina Meza: Un arsenal sutil, en la guerra de los pequeños desafíos cotidianos. "Más vale maña que fuerza", sería el lema de estas legionarias. Algunas de las armas han sido ampliamente publicitadas, en particular aquellas en que la mujer aparece como "carnada" -seducciones varias, el asalto gastronómico- y otras, quizá las más usadas, son absolutamente desconocidas, personales, ingeniosas, imperceptibles...

-También hacen referencia en la pieza, a ardides y artilugios. Los malabares, los secretos. ¿Es que las mujeres vendrían a ser conspiradoras por naturaleza?

-María Eugenia Agesta: Bueno, si de artilugios y artimañas se trata, tendríamos que llamar a tres mujeres que de eso saben y mucho!...Por supuesto, estamos hablando de Norita, Concha y Pitita, los personajes de la obra, a quienes tendrán el placer de conocer en poquito tiempo.

Bueno, pero aparte de ellas y refiriéndonos a todas ¡que increíble ingenio para conseguir lo deseado! ¿No? El tema de esta habilidad femenina, creo que pasa principalmente por una cuestión de búsqueda personal y de trasfondo. Es decir, qué es lo que lleva a una mujer a desplegar una serie de artimañas para conseguir lo deseado. Y ¿por qué?, ¿Qué hay detrás de ellas? ¿Qué hay en su vida personal, en su interior que la mueve en pos de la consecución de ciertos fines y no de otros?

Indudablemente son estas diferentes motivaciones, provenientes de cada historia particular y de cada contexto las que hacen que una mujer caiga dentro de algunos estereotipos bien conocidos por todas: la histérica, la heroína o el monstruo.

-Han promocionado así: "Eramos pocas..." : Una mirada sobre las artimañas femeninas. ¿Artimañas? ¿Malas mañas? ¿Cofrades? ¿Son raza aparte del "humano"?

-Mariela Lazzaletta: ¿A quién se le habrá ocurrido que las mujeres utilizamos artimañas, que en ocasiones formamos cofradías...? ¡Seguro que a Maitena! ¡Ay! ¿De dónde lo habrá sacado? La mujer, las mujeres: qué decir de ellas... No creo que sea raza aparte del "humano", sino parte y fundante de la raza.