| Sábado 19 de Agosto de 2006 | > Deportes |
La “Manzana” viene brava. Larga con el especial de Cervantes y sigue con los de Canal 10 y Aeropuerto. Será el “filtro” de la prueba en todas sus divisiones.
Terminó el tiempo de las palabras, también de los pronósticos. Ahora, comenzará a escribirse la verdadera historia de la 36 edición de la Vuelta de la Manzana. Una prueba que se iniciará a las 9.13 en el clásico tramo de Cervantes y promete tener un desarrollo apasionante por la exigencia de los caminos por los que transitará.
No es común que tres certámenes se reúnan en una misma prueba, algo que lo hizo posible la historia que avala a la “Manzana”, un verdadero clásico del automovilismo argentino.
Están los que buscarán la victoria por la sexta fecha del argentino; otros que irán por la gloria en la séptima del patagónico, y los que encararán la quinta del sudamericano.
Es más, hay unos cuantos, sobre todo en las categorías de tracción simple, por caso los grupos N-3 y N-2, que afrontarán el desafío de lograr la triple corona en la “Manzana”.
La victoria en la general en la previa no debería tener más de dos candidatos, por los autos. Uno Juan P. Raies, con un Subaru WRC; el otro, Luis Pérez Companc, quien aprovechará una pausa en su programa del Mundial para buscar su cuarta “Manzana” consecutiva con la Toyota Corolla.
Lo más atractivo, al margen de ver a estos autos diferentes y también a una importante dotación de pilotos extranjeros, estará en lo que entreguen los del argentino y patagónico.
En el Argentino, el Grupo N-4 está para “alquilar balcones”. Federico Villagra y Roberto Sánchez se trenzarán en otra pulseada que promete ser apasionante. Hay dos puntos de diferencia en el certamen entre el “Coyote” y el tucumano. Al margen de pensar en el título, ambos reconocen que ganar la “Manzana” es algo especial.
Pero no estarán sólos, porque Omar Yoma; Sebastián Beltrán, y los regionales Alejandro Cancio, Nicolás Madero, y Raúl A. Martínez, sueñan con un “batacazo”.
¿Y Marcos Ligato? Sólo sumará por el Sudamericano, pero seguro que se prenderá con todos los nombrados en una lucha apasionante por el triunfo en la general del grupo.
En el Grupo N-3 la “armada regional” promete copar las posiciones de avanzada. El neuquino Pablo Cacopardo se juega mucho, porque llegó liderando el certamen argentino, nada menos. Pilotos como el cutralquense Gastón Pérez; los cipoleños Carlos Valls y Manuel Machinea, y el neuquino Martín Tussedu, están muy afilados para buscar la victoria.
No piensan lo mismo los foráneos Guillermo Albertengo; Roberto Castro; Nicolás Raies, y José Marzoratti. Andan fuerte y quieren ser protagonistas.
En el Grupo N-2 no aparece en el Argentino un piloto intratable, como años atrás podía ser un Maximiliano Debasa o Jorge Moreyra, por lo que regionales pueden sorprender.
En el Patagónico, los que pelearán adelante el Grupo N-3 serán los mismos que los del Argentino, sumándose con seguridad Eduardo Rueda.
En el Grupo N-2, con semejante cantidad de anotados, hay no menos de una docena de candidatos, como Cristian Giuliano; José L. Gómez; Claudio Zoia; el campeón Cristian Del Signore; Mauricio Stigliano; Ramiro Arceo; Darío Hernández; Daniel Llanos, y Sergio Barotto.
También promete estar muy bueno lo de las otras dos divisiones. En la A-7 aparece como rival a vencer Rubén López. Su auto no tiene la confiabilidad de otras épocas, pero va rápido. Lo mismo que José L. Martínez; Eduardo Peroni; Hugo Douglas, y Roberto Milohanich.
Y la A-6 también presenta muchos postulantes a ganar la prueba, aunque está el caso de Claudio M. Bissanti, quien lidera el certamen junto con Jorge Bittar y tiene una gran posibilidad de sacar diferencia.
En definitiva, todo lo que se pueda pronosticar en la previa puede quedar en la nada cuando se empiece a acelerar. Como nunca antes, en la versión moderna, la “Manzana” tendrá un comienzo tan bravo como en esta oportunidad. Cervantes, Canal 10 y Aeropuerto, todos sin asistencia, puede ser un verdadero “filtro”. Encima, después hay que pasar por Centenario, Cinco Saltos y Cipolletti, antes de terminar en el autódromo roquense. Una prueba que se las trae.
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