LA HABANA (AFP) - El presidente Fidel Castro se recupera de una cirugía mientras Cuba está movilizada con decenas de miles de hombres en armas contra un ataque de Estados Unidos, reveló ayer su hermano Raúl, en las primeras declaraciones desde que asumió temporalmente el poder el 31 de julio.
En una amplia entrevista publicada en el diario Granma con el título "Ningún enemigo podrá derrotarnos", Raúl afirma que hay una "absoluta tranquilidad" en el país, pero que "se han tomado las medidas para prevenir cualquier intento de agresión". El gobernante provisional, de 75 años, afirmó que el octogenario líder de la revolución, sometido a una cirugía intestinal que lo llevó a ceder el poder por primera vez desde 1959, sigue una "recuperación satisfactoria y gradual" gracias a la atención médica y a su "extraordinaria naturaleza física y mental".
Raúl aseveró que pese a la recuperación progresiva de su hermano y la calma que reina en la isla, permanecen movilizados decenas de miles de reservistas y milicianos para hacer frente a una eventual "agresión" de Washington. No obstante, manifestó su disposición al diálogo para normalizar las relaciones con Estados Unidos "en un plano de igualdad".
La reacción no se hizo esperar. Desde Washington, el portavoz del Departamento de Estado, Tom Casey, ironizó las palabras de Raúl, a quién llamó un "Fidel light". "Como saben, no le tenemos particularmente mucho cariño al Gobierno cubano tal como lo dirige Fidel y no puedo decir que estemos especialmente entusiasmados por las primeras palabras" de Raúl, dijo. Otro portavoz del Departamento de Estado, Eric Watnik, subrayó que "Estados Unidos no tiene planes para invadir Cuba".
La "sucesión dinástica'' que está ocurriendo en Cuba no es aceptable para Estados Unidos y a largo plazo "enfrenta un rechazo similar por parte del pueblo cubano", afirmó . "Lo que queremos es una transición de la dictadura actual a un gobierno democrático, y ciertamente no creemos que esa transición de Fidel a Raúl Castro cumpla ese cambio'', indicó Casey.
Raúl Castro, como hombre al timón del gobierno y de las Fuerzas Armadas, hizo propia la advertencia reiterada por dirigentes cubanos en los últimos 18 días, que Washington puede aprovechar la enfermedad de Fidel para atacar la isla.
"Nunca hemos echado en saco roto una amenaza del enemigo", dijo al referirse a declaraciones de George W. Bush sobre la situación actual de Cuba y al plan estadounidense para acelerar una transición política.
Para Raúl no hay forma de alcanzar ese fin "que no sea la agresión militar", y para enfrentar ese "peligro real" Cuba activó su sistema de defensa basado en "la Guerra de Todo el Pueblo", que incluye a unos 50.000 hombres de las Fuerzas Armadas, una reserva de varios cientos de miles y un millón de las Milicias de Tropas Territoriales. Desde las tres de la madrugada del 1 de agosto, pocas horas después de que Fidel emitió la proclama en que cedió el poder, Raúl, ahora también Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), ordenó "elevar de manera sustancial" la capacidad y disposición combativa del país.