Cuando se hizo el sorteo, varios suspiraron cuando vieron el cartelito del Líbano. A priori, es un rival accesible para Argentina, que mañana a las 4 (TyC Sports en directo y repite a las 10), afrontará su segundo compromiso en el Mundial de Japón.

El quinteto de Hernández tendrá dos partidos en menos de 24 horas, ya que hoy a las 7 se medirá -o se midió- con Francia (perdió a Tony Parker por lesión).

Líbano se presentará en un torneo ecuménico por segunda vez consecutiva y arribó a esta instancia tras ocupar la segunda posición en el campeonato de Asia.

Para los jugadores y el cuerpo técnico, el Mundial de Japón tiene un significado que va más allá de lo deportivo porque tuvieron que dejar al país en guerra.

Las hostilidades llevaron a la delegación a protagonizar una aventura, la que no estuvo exenta del peligro de muerte, para salir de su país y afrontar la etapa final de la preparación. Descartadas las vías marítimas y aéreas por el bloqueo impuesto por Israel, la delegación cruzó la frontera por tierra, para llegar a Jordania, luego de atravesar Siria, y ganar en seguridad y tranquilidad.

En Ammán, capital de Jordania, el seleccionado inició su preparación, aunque en sus jugadores, las secuelas de la guerra, seguía presente.

"La experiencia fue dura, pero había un consenso sobre la necesidad de participar en esta fiesta mundial. Teníamos que transmitirle al mundo entero este mensaje del pueblo libanés que no se quiebra pese a los obstáculos", dijo Ghassan Fares, dirigente de la federación libanesa.

Está claro que el Líbano no llega de la mejor manera y encima se encontrará con un candidato que tiene a Manu Ginóbili, Chapu Nocioni, Luis Scola y Cía.