SAN ANTONIO OESTE (Especial).-Lindoro Alvarado tiene 57 años y vive en una precaria vivienda de esta ciudad. Sufre una discapacidad cuadriplégica que lo postró desde hace 6 años en una desvencijada silla de ruedas, producto de un impacto de bala que recibió en un altercado que mantuvo con otro puestero, en el campo "La Primer Laguna", a 8 kilómetros de San Antonio.

Lindoro dijo a "Río Negro" que hace más de 4 años que gestiona la obtención de una nueva silla de ruedas en el PAMI, y explica que desde entonces sólo ha recibido promesas. "Lo que me pasa es que no puedo caminar y estoy pidiendo una silla de ruedas en la obra social de acá. Hace rato que me intentan calmar con que ya llegará, pero luego me dicen que no la pueden conseguir porque en General Roca no le hacen caso", dice de modo suave y tajante al mismo tiempo.

El suyo es un caso más de los que todavía aguardan respuestas en el PAMI de esta ciudad, en donde al ser consultados admiten las falencias en las gestiones, pero advierten que el trámite de Alvarado se inició hace 2 años y no 4, y que desde la obra social en Genera Roca "no han recibido la autorización" de Buenos Aires "para realizar la compra".

Lindoro explicó que a través de la Secretaría de Desarrollo Social municipal se intentó acelerar el trámite pero todavía no recibo respuestas. Agregó que el martes volvió a pasar por el PAMI y "me dijeron que quizás mañana, pasado o la semana que viene llegue la silla".

El hombre hace 6 años que sufre una paraplejía espástica, y por razones de seguridad, el kinesiólogo del hospital local, Abel Aguilar,comenzó con la prescripción de una silla reforzada, tipo todo terreno con doble comando, apoya brazos, pedonas giratorios y con cubiertas "de bicicletas" que le permitan "movilizarse con mayor comodidad sin temor a quedarse", explicó el profesional a este medio.

Aguilar dijo haber recomendado la adquisición de la nueva silla en el verano, y en Desarrollo Social aseguran que el trámite se inició con notas que se hicieron llegar, por un lado, al Consejo provincial del Discapacitado donde "se hace referencia a la importancia del elemento para que se ajuste a sus condiciones de salud", por lo cual "otro modelo dificultaría su grado de reinserción social", expresa textualmente el escrito, fechado el 4 de abril de este año.

En segundo término, en otra nota enviada el 24 de mayo pasado al PAMI local se indica que en un intento por requerir la adquisición de la silla de ruedas en el Consejo del Discapacitado "la respuesta que se ha obtenido es que "el pedido debe hacerse" por la obra social nacional.

Lindoro se traslada con dificultad, y peor aún, su casa ubicada sobre Doctor Estrella, entre Godoy Cruz y Martín Fierro, del barrio La Loma, ofrece una pequeña habitación y un baño recién terminado, con las dificultades que ello implica para movilizarse, puesto que debido a las condiciones en que habita debe hacer malabares para manejarse solo.