De acuerdo con numerosos documentos emitidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como el reciente estudio publicado en mayo en la revista The Lancet, "no existe justificación en ninguna región geográfica del mundo para que exista una tasa mayor del 10 al 15% de nacimientos por cesáreas".
Sin embargo, el índice de nacimientos por esta vía supera ampliamente al recomendado, y continúa en aumento en todo el mundo.
En Argentina la situación no difiere mucho. La doctora Graciela Scagliotti, profesora adjunta de la Universidad Favaloro en Obstetricia y médica especialista en embarazos de alto riesgo en el hospital Pirovano de Buenos Aires, coincide en afirmar que "esta tendencia viene subiendo".
"En la década del '80 sostiene el índice de cesáreas en Argentina era del 15%; actualmente es del 20%, también en ascenso. En este hospital llega al 25%, pero se atienden casos de alto riesgo."
Cirugía mayor
Aunque los avances científicos de los últimos años hacen cada vez menos riesgosa a la cesárea, es una intervención quirúrgica con complicaciones.
"Comparada con un parto espontáneo es, desde ya, mucho más compleja agrega Scagliotti. Tres décadas atrás, la morbimortalidad materno-infantil era de 10 a 1 a favor de la cesárea. Actualmente, aún cuando aumentó tanto el índice de cesáreas, se redujo a un 2 a 1, pero sigue presentando sus riesgos."
Si la tasa de cesáreas supera ampliamente las recomendaciones de la OMS, no todos los nacimientos realizados por esta vía tendrían una clara indicación médica.
"Hay diversos factores que llevan a que esta tasa siga en franco aumento plantea Scagliotti. Por un lado las mismas pacientes demandan una cesárea, debido al miedo al parto y a lo desconocido. Por otro lado la historia de vida de cada paciente tiene su peso. Las mujeres deprimidas, con dificultades socioeconómicas, afectivas, o conflictos de diversa índole, expresan un intenso dolor en el parto, el cual no responde tanto al dolor del parto en sí mismo, sino al dolor de su vida. Mientras que las mujeres que están contenidas, que tienen su pareja, su proyecto de vida, y que aceptan la maternidad con felicidad no sufren, experimentan un dolor asimilado de buena manera."
La indicación médica tiene mayor responsabilidad en esta práctica tan extendida. "Otro aspecto afirma la especialista, que es también docente adscripta a la UBA es la propaganda que tiene la cesárea por su alta rentabilidad, frente al parto normal que no es lucrativo. El uso de la anestesia peridural para tener un parto más aliviado también se impuso en la sociedad, por eso hoy las pacientes no sólo piden cesárea, sino también la anestesia peridural para un parto normal sin dolor. Pero hay que abonarla, y los anestesistas, que están agremiados, tienen dignos honorarios.
En el resto del gremio médico no tenemos este tipo de sociedad. Por otro lado, los mismos médicos persuaden a sus pacientes con esta práctica, porque resulta más cómodo y rápido, adecuando sus propios tiempos y no los del trabajo de parto. Esto lo vemos fundamentalmente en el ámbito privado, obras sociales y prepagas, donde la aplicación de la anestesia hoy es prácticamente una rutina, aunque la paciente no lo pida."
En numerosas ocasiones, una embarazada que no presenta complicaciones y que desea tener un parto normal es disuadida por el médico para realizar una cesárea con el argumento de que ofrece mayor seguridad. "No es cierto explica la doctora Scagliotti: la cesárea presenta mayores complicaciones tanto para la madre como para el bebé".
FERNANDA BARRO GIL
