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Miércoles 09 de Agosto de 2006
 
Edicion impresa pag. 38 y 39 > Sociedad
Sobresexo, todos quieren (y deben) saber
Una educación sexual adecuada ayuda a prevenir. La edad de inicio de la instrucción es tema de debate. Cada etapa de vida debería tratar diferentes asuntos.
En nuestro país se registran 64 embarazos cada 1.000 adolescentes.
En nuestro país se registran 64 embarazos cada 1.000 adolescentes.
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La edad de inicio de la instrucción y los contenidos serían hoy los dos factores que decidirán la utilidad concreta de un potencial proyecto educativo que incluya la educación sexual en las escuelas, según planteó la doctora Alicia Figueroa, médica ginecóloga argentina miembro del Centro Latinoamericano Salud y Mujer (CELSAM). Previendo la posible sanción, por parte del Congreso, de una Ley de Educación Sexual que articule este derecho a partir del 2007, los especialistas relacionados con esta ONG creyeron necesario advertir que, como parte de la negociación entre los diferentes sectores, se corre el riesgo de promulgar una ley que tampoco sirva, ya sea por el hecho de que llegue demasiado tarde (a la prevención de un embarazo no planificado) o que se tiña de tantas opciones de adaptación institucional que termine siendo inoperante.

"La propuesta educativa debe, necesariamente, cumplir dos premisas: ser pedagógicamente adecuada y científicamente correcta", comenta la doctora Figueroa.

El ser humano es un ser sexuado, en el que la sexualidad es una parte de la vida que acompaña a la persona desde su nacimiento. "Desde esta perspectiva es la familia, como sea que esté constituida, quien inicia el proceso de educación sexual del niño al nombrar las partes del cuerpo, responder preguntas sobre el origen de los bebés, mencionar las diferencias entre el cuerpo de las nenas y los nenes", recuerda Figueroa.

Este proceso, explicó, continuará e idealmente irá integrando otros contenidos a medida que el niño se desarrolle hasta la adolescencia, acompañando, respondiendo inquietudes, orientando e incorporando valores.

Sin embargo opone el hecho, corroborado por encuestas realizadas por la institución internacional, de que esta forma de educación ideal es, en la realidad, poco frecuente: tanto la investigación realizada sobre maternidad adolescente en 2005 como en la de anticoncepción (realizada en el 2001), habían coincidido en que sólo 1 de cada 3 adolescentes mencionó haber recibido información de sus padres acerca de su sexualidad y la prevención de embarazos e infecciones.

Según la propuesta lanzada por estos especialistas, en cada etapa del desarrollo deberían incluirse los temas apropiados a tal edad. Entonces, si en el jardín de infantes se debiera hacer énfasis en los principios de autonomía para prevenir el abuso sexual infantil, de a poco deberían incorporarse los nombres correctos del cuerpo, su funcionamiento y desarrollo, el cuidado y respeto por el propio cuerpo y el del otro, y coincidiendo con la pubertad las formas de cuidado y prevención, señalan, en correcta perspectiva de género.

La institución basa su comunicado en que los países que asumieron el compromiso de impartir educación sexual sistemática en las escuelas desde el nivel inicial muestran hoy tasas de embarazo adolescente de un dígito.

"En Argentina remarca el comunicado de CELSAM se presentan 64 embarazos cada 1.000 adolescentes".

Mientras que los sectores más conservadores proponen ofrecer la abstinencia sexual como única opción para los adolescentes, otros con mayor perspectiva de derechos humanos invocan la necesidad de dar instrucción completa, inculcando principios de respeto hacia el propio cuerpo y el cuerpo del otro, enseñando conductas de autocuidado y promoviendo la toma de decisiones reproductivas informadas y responsablesexplica la especialista. Esto último debería tenerse en cuenta, si se sabe que en la actualidad los adolescentes se inician sexualmente en promedio a los 15 años y fallan en cuidar su salud y prevenir embarazos.

Promover la abstinencia como único método anticonceptivo, además de no tener en cuenta derechos y realidades elementales, es poco efectivo. Lo ha demostrado en los Estados Unidos, desde que en la década de los '80 se implementó esta modalidad de educación sexual en el 86 % de las escuelas públicas: "Contrariamente a lo esperado señala Figueroa, esta política de sólo abstinencia mantuvo la tasa de embarazo adolescente estable aunque aceleró el aumento de las infecciones de transmisión sexual".

Mientras en Europa, la educación sexual integral con amplia información sobre prevención logró bajar las tasas de embarazo adolescente.

 
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