NEUQUEN (AN).- Cielorrasos a punto de caerse; paredes humedecidas por caños de agua colapsados; puertas que apenas se mantienen sujetas a sus marcos. Este es el aspecto que ofrecen a sus pacientes los consultorios externos del servicio de Adicciones y de Salud Mental del hospital Neuquén. Y por eso ayer, un grupo de médicos y empleados administrativos le exigió a la subsecretaría de Salud la mudanza a un nuevo edificio.

El lunes la atención de pacientes era poco menos que imposible. Una cañería del segundo piso de la institución se rompió y el líquido comenzó a filtrarse por entre los muros hacia la planta baja.

El hall de acceso se inundó con agua; y por eso la atención de pacientes fue suspendida parcialmente. Ayer operarios trataban de solucionar la pérdida, y el sector administrativo y el de Adicciones había quedado afectado por las tareas.

Así las cosas, los consultorios externos de Adicciones, donde los pacientes son derivados a un tratamiento, atendió en la calle Palacios al 446. Mientras que la demanda de turnos en Salud Mental podría normalizarse desde hoy, reubicando este sector en la parte trasera de las instalaciones del centro de la ciudad.

El edificio se encuentra ubicado en la calle Santa Fe 471; ambos servicios funcionan allí desde 1998 en lo que antes fue un jardín de infantes levantado en una casa de dos plantas con patio trasero.

El personal sostiene que la edificación no reúne los requisitos indispensables para recibir los pacientes. Lo que ahora se potenció con el mal funcionamiento de la infraestructura básica de agua.

"En estas condiciones no se puede garantizar la dignidad en la atención de quienes hacen las consultas, ni nuestro bienestar a la hora de desempeñar la profesión", dijo la psiquiatra Graciela Stutman, indignada, mientras realizaba una recorrida.

Incluso una de las dependencias podría transformarse en una trampa para los pacientes. Es el consultorio utilizado para atención grupal psiquiátrica, cuyo cielo raso de madera, sostenido desde un extremo desde el techo, podría caer en cualquier momento.

En el patio, la puerta del baño que utilizan los pacientes, está a punto de caerse. Buena parte de las paredes de todo el edificio muestran un avanzado grado de abandono, deterioradas por la humedad que podría provocar problemas en el tendido de cables eléctricos, con su consecuente cuota de peligro.

"Se supone que nosotros tenemos que darle soluciones a los pacientes; es muy difícil ofrecer una atención acorde, y pedirles un cambio de actitud con un mensaje como el que damos con las instalaciones", dijo Stutman.

Todos los día unos 150 pacientes visitan el lugar, que funciona como una extensión del sector de internación de ambos servicios, ubicado enfrente, en el Hospital Castro Rendón.

"Hay un proyecto de edificio nuevo, pero nunca se puso a andar; nosotros hemos planteado a las autoridades la necesidad de una mudanza, pero nunca obtuvimos una respuesta", dijo Néstor Baiz, el secretario de Salud Mental, un cargo administrativo dentro de las instalaciones.

Baiz afirmó que "en este contexto tuvimos que empezar a derivar la demanda de Adicciones y esperamos que mañana (por hoy) la pérdida de agua quede solucionada". Reclamó "soluciones de fondo que impidan nuevas interrupciones".