NEUQUEN (AN) - Las conexiones ilegales de electricidad le significan a CALF una pérdida de hasta 5.000.000 de pesos por año. Sus autoridades estiman que el consumo de los "colgados" de la red (gente que se engancha clandestinamente porque no tiene recursos) representa el 8% de la electricidad que entrega la cooperativa a la ciudad.

Por ello, el consejo de administración de la cooperativa pretende que se apruebe la extensión de la tarifa social (sin cargo hasta los 120 kilovatios hora por mes) a todos los que reciben beneficios sociales del Estado.

Las "pérdidas técnicas" de energía son normales en todos los sistemas. Obedecen a cuestiones físicas, a veces relacionadas con la ineficiencia de los tendidos, aunque dentro de ciertos parámetros se consideran previsibles.

En el mercado eléctrico argentino se toma cono eficiente un sistema que pierde de manera técnica hasta entre un 8 y un 10% de la energía que ingresa a su red.

En el caso de CALF, esa pérdida técnica es del 20%. Esa enorme proporción se explica por el hurto de energía, que, además, tiene dos fuentes: una pequeña proporción de fraude administrativo (medidores "tocados", por caso) y una enorme, de hasta el 8%, de conexiones clandestinas.

De todos modos, el 11% de pérdida estrictamente técnica no es un parámetro aceptable.

La información sobre las proporciones de estas pérdidas la dio ayer la conducción de la cooperativa para reclamar de parte del Estado la atención de estas situaciones que dañan seriamente las finanzas de CALF porque debe pagar por una energía que no puede facturar.

En ese sentido, se calcula que ese 8% de conexiones clandestinas representan una pérdida de 2.617.594 pesos por ejercicio (entre 2.500.000 y 3.000.000 al año) si se le valoriza esa energía a precios mayoristas (los que la cooperativa paga a sus proveedor). Pero se dispara a 4.537.894 pesos por año (de 4.500.000 a 5.000.000 es lo medio) si se tasa a valor de la tarifa minorista.

Según la cooperativa, hay de todo: conexiones directas a la red general sin ningún tipo de protección, colocación de postes y cables precarios desde la línea de distribución hasta las viviendas, extensiones de una casa a otra con serios riesgos de seguridad.

Además de significar un hurto de energía, estas acciones son sumamente peligrosas para quienes las realizan y además ponen en riesgo las instalaciones porque los transformadores podrían no llegar a cubrir semejante demanda de potencia.

Las autoridades de la cooperativa pretenden que la tarifa social que actualmente está en vigencia se extienda a todos los beneficiarios de planes y ayudas sociales estatales. (Ver aparte)

Para los "colgados" no hay plan de pago que parezca resultar suficiente ni medida para quitarles el servicio que sea eficiente porque en cuestión de días vuelven a tender sus conexiones.

Hay un dato llamativo: hasta el 2000 la pérdida técnica energía era de entre 9% y 10%, pero al año siguiente trepó al 16 % y en el 2002 aumentó a aproximadamente el 20%.